Es una de las películas más divertidas de la historia. Un PELICULÓN, con mayúsculas. Un día se la puse a una amiga, que me dijo odiar el cine clásico y que no le gustaba nada el blanco y negro y salió enamorada de esta peli.
Su director es para mí, uno de los mejores directores de cine de la historia. Billy Wilder, nacido como Samuel pero conocido desde siempre como Billy por la fascinación de su madre por Buffalo Bill, nació en pleno imperio austrohúngaro. Con la llegada de los nazis al poder puso tierra de por medio y marchó a América sin saber ni una palabra de inglés y sin más bagaje que su afilada lengua. Por aquel entonces Hollywood estaba lleno de emigrantes de la vieja Europa, entre ellos algunos tan insignes como Louis B. Mayer (bielorruso) o Samuel Goldwyn (polaco).
Comenzó su carrera como guionista, haciendo un tándem con Charles Brackett. Suyos son guiones como Bola de Fuego, la Octava mujer de Barba Azul o mi preferida, Ninotscha, del no tan reconocido (muy injustamente) Ernst Lubitsch. De hecho Wilder siempre demostró su admiración por éste director de origen alemán.
Pero en vista de que no tenía el control sobre sus guiones comenzó a plantearse muy en serio (¡¡¡gracias a dios!!!) la dirección. Y gracias a esto, nacieron grandes obras maestras de la historia del séptimo arte.
Some like it hot, Con faldas y a lo loco, es una película de 1959, cuando ya casi todo el cine se hacía en color. Dada la temática, dos hombres que se hacen pasar por mujeres en una orquesta femenina, prefirió rodarla en blanco y negro. Marilyn Monroe tenía como condiciones rodar siempre en color, pero Billy consiguió convencerla cuando hicieron una prueba y vio que efectivamente, sus compañeros de reparto parecían vulgares travestis. De todas maneras, el aspecto de ellos estaba muy conseguido; para probar que efectivamente resultaban creíbles, les hizo entrar caracterizados en un baño de mujeres y permanecer ahí durante un lapso de tiempo... como no llamaron la atención y nadie dijo nada, consideraron que el look era suficientemente convincente.
Era la segunda película de Marilyn Monroe con Billy Wilder. Éste había quedado un poco harto del carácter difícil de la actriz (la famosa escena de las faldas que se suben al pasar por una rejilla de ventilación de la Tentación vive arriba le había costado el matrimonio a ella con el jugador de beisbol Joe DiMaggio), pero el resultado era tan estupendo, que se avino a trabajar con ella de nuevo. El rodaje fue una pesadilla. La actriz, casada entonces con el dramaturgo Arthur Miller no estaba pasando por un buen momento personal, y llegaba tarde continuamente, no se sabía los diálogos y hacía que el equipo se saliera de sus casillas.
Esta falta de formalidad le granjeó el odio de Tony Curtis, su partenaire en la película. Tony solía estar muy bien en las primeras tomas, pero ella siempre las hacía mal, así que al final se acaban quedando con las del final que era en las que él aparecía menos brillante. La escena en la que ella buscaba desesperadamente una botella de bourbon en unos cajones le costó la friolera de 59 tomas. Billy Wilder lo había probado todo, hasta dejarle papelitos con la frase en cada uno de los cajones... Así que Tony Curtis acabó de Marilyn harto. Llegó a decir incluso cuando le preguntaron sobre su experiencia al besar al icono sexual que había sido "igual que besar a Hitler".
El argumento es el siguiente: la ley seca. Chicago. Botines Colombo (George Raft) es el principal mafioso de la ciudad, con varios locales donde se servía licor ilegalmente. Debido a un chivatazo, hay una redada en su local. Él ajusta las cuentas con su delator el día de San Valentín asesinándolo junto a sus amigos, para no dejar testigos. Pero algo sale mal porque justo en ese lugar se encuentran Jerry y Joe (Tony Curtis y Jack Lemmon) que buscan huir de ahí lo más rápido posible.
Son músicos; un saxo y un bajo, y la única posibilidad que tienen es unirse a la banda de Sweet Sue ¡que es una orquesta femenina! Así que se visten de mujeres y se montan en el tren con ellas camino de Florida. Para ellos aquello es el paraíso, especialmente para Jerry (convertido en Daphne, porque Geraldine que iba a ser su nombre, no le gustaba), que dice que es como estar en una pastelería de noche rodeado de pasteles.
Marilyn es el ukelele y cantante de la orquesta. Ambos pierden la cabeza por ella, pero será Joe (Josephine) quien se lleve el gato al agua haciéndose pasar por el heredero de la Shell. Daphne, mientras tanto, es pretendida por Osgood, un anciano al que le pierden las artistas y que está forrado. A él le hace tanta ilusión que le pretenda alguien con tanto dinero que hasta le acaba gustando. Así que va musitando por ahí "soy un chico, soy un chico".
La película es desternillante, con los frecuentes gags y chistes de Billy Wilder, que la firma junto con I.A.L. Diamond, su segundo colaborador. Ha pasado a la historia la frase final "Nadie es perfecto"... curiosamente a pesar de ser considerado por el´público uno de los mejores finales del cine, a ellos no les gustaba. Lo dejaron como final provisional, pero sólo porque no se les ocurrió nada mejor ¿es que acaso se podía mejorar?
No dejéis de verla si no la habéis visto; también es un buen momento para un revisionado.
1 Response to Con faldas y a lo loco - Billy Wilder
Acá en la República Argentina se conoció como "Una Eva y dos Adanes" (parece más lindo y adecuado que la traducción española). En Italia se llamó, si mal no recuerdo "A cualquno piace calda" (Como vemos no se esmeran mucho en titular).
Y, disculpas por estar hoy un poco pesado, pero sobre esto de los títulos y traducciones del cine clásico te cuento esta perlita: "Vague stelle dell'orsa" de Luchino Visconti, que en España se llamó "Sandra" -como la protagonista-, aquí se llamó "Atavismo impúdico", para captar tontos con la sugerencia de algo subidito de tono.
Saludos y por favor no te olvides responder a mi consulta.
Fernando
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