Restaurante el Foro - Zaragoza

Este fin de semana pasado queríamos irnos a cenar por ahí para celebrar mi cumpleaños. Justo esta semana me llegó a casa una publicidad de La Zaragozana, la cervecera local que me vino de maravilla. Resulta que estos días están poniendo en marcha un certamen de cocina con cerveza en los mejores restaurantes de la ciudad así que me sirvió para inspirarme, porque al final somos de sota caballo y rey y acabamos siempre yendo a los mismos sitios. En la publicidad, además de consignar los sitios que participaban ponían una lista de algunos de los platos que se podían degustar… eso nos sirvió para decidirnos. En éte en concreto había un plato de risotto con foi que son dos de las comidas que más me gustan del mundo, así que no hubo mucho que pensar… allá que fuimos.

DATOS DE LOCALIZACIÓN
Restaurante el Foro
C/ Eduardo Ibarra, 4 - Zaragoza 50.009
Tfno de contacto: 976 569611

Supuestamente tienen página web (www.elforo98.com) pero está en construcción.
Para los que no seáis de Zaragoza, la calle Eduardo Ibarra os resultará del todo desconocida a priori, pero es muy fácil de localizar: en ella está el estadio de la Romareda, que se puede ver perfectamente desde las ventanas del restaurante ya que queda justo enfrente. Antes las vistas eran bastante "feotas" porque delante había un inmenso parking muy práctico pero poco estético, pero la semana pasada inauguraron la remodelación de la plaza que ha acabado con él. Ahora mismo hay una plaza gigantesca que abarca desde el auditorio hasta la Romareda. A mí personalmente no me gustó demasiado (mucho cemento), pero esperaremos a que crezcan un poco los árboles, que ahora mismo son bastante raquíticos, para pronunciarnos.

La zona está muy cerca de la universidad y es muy sencillo llegar a ella en autobús. Si lo hacéis en coche, un día normal, no es dramático encontrar aparcamiento. Nosotros fuimos en Sábado y no nos costó apenas encontrar un sitio, de hecho había bastantes. Eso sí, olvidaros de ir ahí en día de partido de fútbol… esos días es poco menos que misión imposible aparcar en los alrededores.


LA RESERVA
La cosa no comenzó bien… Llamamos para reservar mesa y nuestra sensación fue de que no se enteraban absolutamente de nada. Mi marido acabó desquiciado porque parecía que estaba jugando al teléfono roto con el personal al otro lado de la línea. Un horror. En todo caso conseguimos hacer una reserva sin morir en el intento. No había problema; el restaurante estaba prácticamente vacío cuando estuvimos, y eso que era sábado a las 22 horas.


EL RESTAURANTE

El foro está dividido en dos partes, el ambigú y el restaurante de carta. Y no tienen nada que ver, por cierto. Tienen entradas separadas, pero se comunican y la separación entre ellos es una pared de cristal que sirve de escaparate para un montón de botellas de vino. Por cierto, no estaría de más que le pasaran un paño para quitarles el polvo… puedo justificar lo de las botellas (por eso de hacerlas parecer antiguas), pero es que la balda estaba con un dedo de polvo que cantaba por bulerías.
El ambigú es el bar donde también se sirven comidas y cenas, pero de manera más distendida (y supongo que con un precio menor). Tiene como punto fuerte que resulta un sitio muy agradable apenas entras, es un bar tipo chill out con música de ese tipo sonando constantemente (menos cuando hay actuaciones en directo) y con la luz un poco baja. Es bastante íntimo y tiene un ambiente majillo. Sólo habré estado ahí un par de veces a lo sumo y no me acuerdo demasiado. Sé que cenamos bien, que a veces eché en falta un poco más de luz (iba con mis padres y no pegaba nada tanta intimidad) y que sí que me pareció que estaban las mesas demasiado pegadas. Pero vamos, que como fue hace tanto tiempo igual ni siquiera estoy siendo justa.

Dejando aparte la cuestión del polvo en las estanterías que tenía justo al lado, lo cierto es que el restaurante de El Foro es un sitio precioso. Es una sala de un tamaño mediano, lo justo para ser acogedora y tener capacidad para un número razonable de personas. Al contrario que en el Ambigú, aquí las mesas sí que tienen una separación entre ellas adecuada y no te molestas en absoluto. Delante de cada mesa hay un pequeño aparador que sirve para dejar las bebidas, de madera oscura muy coqueto. En general la decoración es acertadísima porque resulta un sitio muy agradable a la vista y muy adecuado para una cena romántica. Más clásico que moderno, en todo caso el mobiliario es de líneas sencillas aunque nobles y está cuajado de detalles. Me encantó. Además, cada mesa tiene velas y un centro de flores muy mono. Al fondo hay una zona para grupos amplios, elevada sobre una tarima y diferenciada separada por unos muebles bajos. No es exactamente un reservado, porque está en la misma sala, pero físicamente sí que está ligeramente apartado.
Los camareros se supone que son al estilo de un restaurante de nivel: van muy correctamente uniformados y están pendientes de ti en todo momento. Sin embargo, eso chocaba con la sensación de que alguno estaba bastante perdido. Yo solicité el menú especial hecho con cerveza y en vez de solventarlo con elegancia me dieron la impresión de no tener ni idea de qué estaba hablando. Se puede no saber de qué se está hablando, pero en un restaurante de postín estas cosas las tienen que resolver con mayor soltura. Les costó dios y ayuda traérmelo y yo tuve la sensación de que les había cogido fuera de juego por completo.

Efectivamente, era la primera persona en pedirlo. El chef, por el contrario estuvo muy profesional. Ya que era el primer menú que servían así, se molestó en subir a cada plato para enseñarle a la camarera cómo servirlo correctamente y me explicó cómo había sido realizado y el porqué de sus decisiones. Esto con posterioridad se supone que tienen que hacerlo los camareros, pero yo tuve suerte.
La carta no es excesivamente extensa. En general, son platos de cocina bastante alejada de lo tradicional, con combinaciones de alimentos poco frecuentes. Si sois tiquismiquis con la comida y os gustan las cosas muy convencionales no vayáis porque casi todos los platos eran "raros". Además de la carta tienen un menú degustación que costaba 35 euros más IVA y en este caso el menú de la cerveza que costaba 30 euros. Eran ambos menús cerrados, sin posibilidad de elegir ningún plato.

A mí personalmente la comida me gustó. Unos platos más que otros, pero esto pasa siempre sobre todo cuando te has ceñido a un menú preestablecido. El risotto estaba buenísimo por ejemplo y mi marido comió un plato de setas (que no recuerdo exactamente cómo era) que estaba delicioso. En cambio otras cosas eran un poco más normales. La presentación, excelente. La vajilla era blanca, sencilla, pero de formas poco corrientes. Me encantó. En cuanto a las raciones… yo no me quedé con hambre. Pero es que tampoco soy de comer excesivamente y habitualmente me lleno en seguida. Creo que una persona con "buen saque" se hubiese quedado con ganas de más, por ejemplo. Las raciones son adecuadas pero más bien tirando a justas.

LOS BAÑOS
Uno de los puntos más negativos del restaurante son los baños. Para empezar porque el acceso da la sensación de estar bastante sucio y lleno de cachivaches, no es un sitio despejado y límpido. Cuando entras en el baño tampoco mejora mucho. Son pequeños, vale, de estética correcta aunque tampoco una cosa loca y sobre todo, la sensación de suciedad se acentúa. Tampoco había papel en el servicio, algo que me molesta bastante. Creo que esos detalles hay que cuidarlos tanto como la cuestión de la comida, francamente, y en ese aspecto suspenden por completo.


RESUMIENDO

PUNTOS FUERTES:
La calidad de la comida y el tipo de ésta… muy original y diferente
La estética del local
El ambiente del restaurante, muy adecuado para una cena romántica.
La atención del chef
PUNTOS DÉBILES:
La actitud de desconcierto de los camareros que denotaba una cierta falta de profesionalidad, o en todo caso, al menos de inexperiencia.
La suciedad de algunas partes del restaurante
Los baños
La cantidad de las raciones
El precio, que era un poco elevado para lo que se ofrecía.

No sé. Realmente me sentí cómoda y me gustó mucho el sitio, salí contenta con la comida, pero no me terminaron de convencer algunas cosas. No tanto como para no recomendarlo, pero creo que tienen todavía mucho campo de mejora.

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