Recordando mi viaje a Praga, Viena y Budapest en el año 2002, con mis compañeros de facultad, he estado viendo de nuevo el álbum de fotos y nada más abrirlo aparece la foto de la fachada de este hotel. Fue casi lo primero que vimos nada más aterrizar en Budapest, ya que llegamos a última hora de la tarde, y no pudimos apreciar su colorido de anuncio de Micolor, pero... a la mañana siguiente... ufff, no apto para daltónicos!!!
EL HOTEL – DESCRIPCIÓN EXTERIOR –
El Hotel Polus está a las afueras de Budapest, a unos 8 km. del centro de la ciudad y a unos 15 km. de aeropuerto. Se encuentra en una zona residencial de la periferia, esta es la dirección:
Szentmihályi út 131, 1152 Budapest
La categoría es *** (tres estrellas). Tiene 134 habitaciones distribuidas en siete plantas, más una octava donde encontramos otros servicios que luego comentaré.
En el exterior destaca por su colorido, paredes de un verde oliva bastante fuerte, ventanas enmarcadas en rojo sangre muy chillón, zonas de un azul oscuro intenso... En la parte superior hay tres pisos un poco abuhardillados en los que se cambian los colores, ya que se cambia el tono verde de los muros por el rojo fuerte de las tejas. El edificio es muy mazacote, muy poco esbelto y agradable, aunque esta es la impresión general que me llevé de muchas construcciones en Budapest, que tienen esa típica “arquitectura socialista”, construcciones muy sobrias, muy apabullantes, nada esbeltas y elegantes, hechas para grandes masas sin importar la estética. Aunque, por suerte, hay excepciones. En este caso se ha intentado paliar un poco esa sensación sobria y poco esbelta con los colores de la fachada pero, sinceramente, se han pasado un pueblo...
En un lateral tiene una escalera metálica de incendios, me recordó mucho a los típicos edificios de las películas americanas. Justo frente al hotel hay un McDonald’s, así que la zona es bastante frecuentada para la visita al establecimiento de comida rápida. Los McDonald’s son muy habituales tanto en Budapest como en Praga y son superbaratos, la gente de estas ciudades los frecuenta mucho, yo creo que bastante más que en España.
Cruzando un aparcamiento bastante amplio hay un Tesco, un típico hipermercado de algunos países del centro-este de Europa. Está situado dentro de un centro comercial que se llama igual que el Hotel.
Dispone de parking en el exterior, pero no lo he usado porque llegué en autobús. De todos modos, si vas en coche y está lleno tienes el parking del centro comercial justo al lado.
También cuenta con una pequeña zona verde con arbolitos que rodea el hotel. Ni siquiera nos acercamos a ella, así que no sé si contaba con alguna zona de juegos o de descanso.
A pesar de la distancia que hay al centro el transporte público es bastante abundante en la ciudad, entre autobuses, trolebuses y metro es fácil acercarse al centro en media hora más o menos y por poco dinero.
EL HOTEL – SERVICIOS QUE OFRECE –
Dispone de todo lo básico e indispensable en un hotel: recepción, habitaciones (jeje), restaurante (es italiano, pero no llegamos a entrar así que no puedo opinar)... Además podemos utilizar y disfrutar de los siguientes servicios:
*cafetería
*ascensor
*gimnasio
*loby
*piscina cubierta (creo recordar que estaba en una especie de sótano)
*sala de conferencias
*sauna
*alquiler de coches
*caja fuerte
*wifi gratis en todo el hotel (esto es nuevo, hace cinco años no había)
*pista de tenis y bolera (estos dos últimos servicios tienen precio a parte): la bolera está en la última planta del hotel, junto a un pub y una terraza muy frecuentados por la gente de los alrededores para jugar a los bolos y tomar unas copas.
EL HOTEL – LAS HABITACIONES –
Hace cinco años no destacaban por su modernidad... por las fotos que he visto en la red, siguen en el mismo estado. Son muy corrientes, con muebles baratos, decoración nula, paredes sobrias, etc. Aunque al menos recuerdo que estaban bastante limpias y no eran incómodas, así que pudimos pasar sin el diseño y la modernidad de otros hoteles.
La habitación que ocupé las dos noches que pasé allí estaba en la planta inmediatamente inferior a la de la bolera. Tenía dos camas de 90, una mesita, un mueble para la TV, el maletero y el armario. El baño era sencillito, con su bañera, sus amenities un tanto escasos... pero limpio. Tampoco pedíamos mucho más porque no pasamos allí más tiempo que el indispensable para dormir, o por lo menos para intentarlo...
Tenía los servicios propios de un hotel de su categoría: secador, teléfono, aire acondicionado... Aunque me extrañó que no tuviera minibar. Los suelos eran de azulejos, bastante fríos y extraños para un hotel, la verdad, me gustan más los de moqueta o madera, aunque claro, requieren más cuidados y limpieza.
De todo esto como veis, prefiero hablar en pasado, porque han pasado cinco años y las cosas han podido cambiar... o no!
Teníamos el desayuno incluido, normalucho, tipo buffet pero con poca variedad, el café malísimo y lo demás comible. No hay mucho más que comentar porque tampoco lo recuerdo con exactitud. Lo del café es de cajón porque no he tomado un café en condiciones en casi ningún sitio del centro de Europa.
El resto de comidas las hicimos a nuestro aire, ninguna en el hotel, así que no me detengo más en el tema.
EL HOTEL – MI EXPERIENCIA –
Lo bueno del hotel desde luego es lo que hay en los alrededores: el McDonald’s, que te puede sacar de un apuro, y el centro comercial, que viene de maravilla para aprovisionar de comida sobre todo en este tipo de viajes, en los que no vas con mucho dinero sobrante y sueles ir buscando el ahorro. En nuestro grupo solíamos preparar cenas improvisadas en el propio hotel con las compras que hacíamos en el centro comercial. Esto lo hemos hecho siempre que hemos viajado los amigos de la facultad, así nos gastábamos el dinero en otras cosas más interesantes, ya comeríamos bien al volver a casa...
Del centro comercial y lo útil que me fue hablo ahora mismo...
Pero antes lo malo, casi todo del hotel. Como he dicho era viejo y anticuado (creo que sigue en el mismo estado), la limpieza existía, pero tampoco era para tirar cohetes, los empleados del hotel ni fu ni fá, fríos y secos como su edificio, aunque tampoco hubo mucho trato con ellos.
Lo peor fue la primera noche. Sabíamos que había una bolera en la parte de arriba del edificio, pero supuestamente cerraba pronto. Pues de eso nada, se llena de gente joven que va a tomarse unas copas al pub y está abierta hasta las tantas. Las habitaciones que están en los pisos inferiores son como la pista por donde corren las bolas... parece que juegan en tu cabeza en vez de en la bolera. El ruido de los bolos y de la gente de fiesta duró hasta bien entrada la madrugada. La única opción, a parte de renegarse por no dormir, era subir a echar unas partiditas, pero se nos quitaron las ganas al ver el ambiente, tíos y más tíos con pinta de macarras, y nosotras que éramos casi todas chicas... pues no nos quedaron ganas.
Al día siguiente nuestra primera parada fue el centro comercial. Por suerte estaba bien repleto de tiendas, entre ellas una farmacia, donde conseguimos unos tapones para poder dormir un poco más decentemente la segunda noche.
Esa segunda noche otra vez bolos y copas, pero con los tapones se hizo más llevadero.
Así que acabando, no lo recomiendo. No sé si en estos años lo habrán reformado, pero por las pocas fotos que he visto parece que sigue en las mismas condiciones, y evidentemente la bolera seguirá en su sitio. El ruido se oye por todo el hotel así que o eres una marmota como mi hijo o prepárate para no dormir. Entre semana debe estar más tranquilo, pero en fin de semana date por... fastidiado, vamos a decir para ser suaves... no vas a pegar ojo!
El precio, ni idea, lo cogimos en un paquete y pagamos todos los hoteles, vuelos y traslados así que no tengo ni idea! Por cierto, en las páginas de reserva de hoteles que he visto tiene malos comentarios y puntuación, veo que no soy la única que no ha pegado ojo en el hotelito dichoso.
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