¡Oh! ¡Cómo he disfrutado de este libro! Bangles pensó en mí cuando lo vio y me lo hizo llegar ¡Y no sabéis lo agradecida que estoy!
La historia siempre me ha gustado mucho. Era una de mis asignaturas favoritas en el colegio y a raíz de las clases me dio por empezar a leer novelas históricas y libros que trataran sobre cuestiones adyacentes. Me gustaban tanto que incluso estudié la carrera de Historia en la universidad. Creo que fueron mis lecturas las culpables de que me decidiera por ella y no por otra, porque tenía claro que quería algo de letras, pero no tenía muy claro qué. Así que llevo muchos años leyendo cosas del género.
Sin embargo, hace ya un par de años o así tuve un pequeño parón y lo dejé un poco de lado. Saturación, tal vez. No terminaba de encontrar cosas realmente interesantes y había leído tanto que me resultaban todos los libros más de lo mismo. Además, a todo el mundo le dio por escribir sobre los templarios y ya estaba un poco harta. Que más que novela histórica parecía monotema… Pero mi gusto por las lecturas pseudohistóricas siempre ha estado ahí.
Lo más importante a la hora de enfrentarse a una novela histórica es tener claro que no es un estudio sino una NOVELA. Es decir, que el autor es más que probable que se tome alguna que otra licencia y que las cosas no tienen porqué haber sido exactamente como las cuentan. Las buenas novelas históricas tienen una gran parte de investigación detrás para que el contexto esté bien dibujado y las cosas que cuenten estén lo más cercanas a la realidad posible. Pero su finalidad no es convertirse en manuales de historia sino utilizarla como pretexto para contarnos algo. Hay novelas que simplemente están ambientadas en otras épocas y que necesitan una ambientación y otras que por el contrario tratan de dar una visión accesible al gran público de acontecimientos muy relevantes novelando cosas que son por todos conocidos, o intentando humanizar a personajes importantes contando una parahistoria. Toti Martínez de Lezea, que es una de las pocas autoras que frecuenta el género que he seguido leyendo asiduamente, en sus novelas suele acercarnos a épocas pasadas (sobre todo la edad Media) por medio de personajes inventados. Suele ser más importante el modo de vida en aquel momento, las costumbres y la etnografía que realmente los acontecimientos que narra. Se refleja la historia sobradamente conocida por los libros de texto, pero tiene mucho más peso la que no.
Esta no es una novela de ese estilo. Por el contrario, la Principessa se centra en dos personas reales, los artistas Bernini y Borromini y abunda en su obra y en su relación personal. En este sentido, no se trata de una novela ambientada en otra época. Es un libro en el que la mayoría de las cosas son reales aunque el autor trata de ofrecer un punto de vista más humano al que estamos acostumbrados.
== Realidad o ficción ==
Creo que es importante tener muchas reservas en cuanto a la novela histórica… me parece que la gente se equivoca cuando las toma como “palabra de dios” y cree que lo que está escrito es lo que pasó, sin preguntarse más cosas. Para mí, al menos, las novelas históricas están bien porque te plantean interrogantes.
Cuando leí el denostado Código Da Vinci, o incluso, hace mucho tiempo, la saga de JJ Benítez Caballo de Troya nunca pensé que sus tesis hubieran de ser aceptadas porque sí. Pero sí que me sirvieron para investigar y mirar más cosas sobre lo que plantean de fondo. Es por esto que en general, suelo tener muchas reservas sobre lo que se cuenta en este tipo de libros. Me gusta que me inciten a querer saber más. Y es rara la vez que cuando el tema me ha interesado de veras no me lance a los libros o a internet (ahora que se puede) a intentar responder a ciertas preguntas que me hago. Así que para mí las novelas históricas me sirven para plantearme cosas y no son más que un punto de partida.
Pero tienen la ventaja de que la curiosidad nace de manera poco forzada. Probablemente nunca se me hubiese ocurrido investigar sobre Bernini y Borromini pero cuando aprendes disfrutando el deseo de saber surge de una manera mucho menos forzada. Vas a los libros porque quieres, no porque debas.
La historia que aquí nos cuenta es inventada. Al final del libro el autor hace una cronología con lo que sucedió y está documentado y afirma que el personaje de Clarissa, la Principessa es totalmente fruto de su imaginación. Me ha gustado mucho que haga esto, porque os juro que necesitaba separar grano de paja y fijar los límites. También cuenta que para el desarrollo de la novela tuvo que alterar el orden de algunas de las cosas que sucedieron, aunque no es excesivo.
En realidad, casi todas las cosas de peso que suceden son reales, y lo único que ha hecho ha sido proporcionarles una ligazón. Es como si hubiese cogido las fotografías de personajes planos a los que conocemos únicamente por sus obras y les hubiese insuflado vida. A mí me ha encantado la experiencia.
== La principessa ==
Ese es el título del libro y es curioso que haya elegido lo más falso de todo él para nombrarlo. Porque la inventada figura de Clarissa es únicamente la argamasa que une la historia que verdaderamente importa, la de dos de los artistas del barroco italiano más relevantes, Bernini y Borromini. Ella no deja de ser un pretexto. Con mucho peso en la trama, pero no es ella quien realmente va a interesar al lector y a lanzarlo a saber más cosas.
La Principessa es una inglesa que recalará en la casa de su prima Olimpia Pamphili, un personaje real, de una influyente familia romana. De jovencita conocerá a ambos artistas… Bernini está empezando a ser conocido y en el momento en que se conocen está empezando a construir el famoso baldaquino de la catedral de San Pedro del Vaticano. Lorenzo Bernini es un artista integral, a la manera de Miguel Ángel: pinta, esculpe y es arquitecto.
Por el contrario Borromini, cuyo nombre real es Francesco Castelli, es uno de los ayudantes del arquitecto Maderno, por entonces muy anciano. Su padre fue cantero y él no ha estudiado arquitectura. Sin embargo lleva toda su vida en las obras y pese a que carece de título, es un consumado calculista y una persona cuyo amor por la arquitectura está fuera de toda duda.
Son dos hombres con dos caracteres muy diferentes. Lorenzo es bastante egocéntrico y tiene mucho don de gentes y por el contrario Francesco es un tipo bastante austero y huraño. Se conocen, y los dos admiran el trabajo del otro. Lorenzo tiene ideas geniales, pero no sabe llevarlas a la práctica y en cambio Francesco da siempre con las soluciones. Son dos caras de la misma moneda. Y están condenados a chocar, porque el carácter de ambos les impide reconocer al mundo la genialidad del otro.
La novela narra su historia personal, las obras que llevaron a cabo y hace un retrato en sepia de la ciudad de Roma. En este caso el autor decide que una de las causas de su enemistad es el amor mutuo por una mujer, la Principessa, que ha nacido de su imaginación, pero deja entrever muchas otras. Así que lo novelesco del amor queda difuminado por el resto de cosas que nos va contando.
A mí me ha fascinado sumergirme en la Roma barroca, una época que tenía bastante olvidada. Había estudiado en los libros de texto a ambos autores, pero me había limitado a analizar sus obras. Leer la novela me ha dado la oportunidad de dotar de vida a todos esos edificios y esculturas que conocía, pero que tenía escondidas en un lugar ignoto de mi memoria.
Una de las cosas más interesantes es la visión sobre el papado como mecenas del arte y las luchas intestinas por el poder de las distintas familias italianas. La familia Pamphili existió de verdad, y consiguió hacer Papa a Inocencio, el cuñado de Olimpia. El poder que ella tenía fue real por lo que he podido leer posteriormente. Me han interesado mucho las intrigas y los aspectos menos divinos de la iglesia.
Y por supuesto Roma… esa ciudad llena de iglesias magníficas, salpicadas de obras de arte. Una de las cosas que más interés me ha suscitado es entender de verdad lo que de innovadores tuvieron Bernini y Borromini y cómo era eso aceptado por sus contemporáneos. Huelga decir que me he lanzado en plancha a buscar las imágenes sobre las iglesias y edificios que nombran puesto que las tenía olvidadísimas.
== En suma… ==
He disfrutado horrores con esta novela. Me ha sugerido tantas cosas en las que pensar… creo que es el principal punto fuerte de la novela, las ganas que te inspira para seguir mirando cosas y aprender más.
No sé cómo de interesante le resultará a alguien que no sea amante de la historia o del arte. A mí, sinceramente siempre me ha interesado más la historia de los hombres y los porqués de lo que hicieron que las obras en sí. No soy una amante del arte en abstracto. Me gusta ver cosas, pero lo disfruto infinitamente más si conozco el trasfondo que lo originó. Creo que esta novela le gustará mucho a quienes sean como yo. A los que no les guste nada el arte o la historia les parecerá un peñazo y casi con seguridad a los eruditos sobre el tema les parecerá demasiado peliculera. Yo soy un término medio, para entendernos.
La historia de Clarissa es interesante, pero está siempre supeditada a la de los dos genios. Me ha gustado muchísimo conocer la historia de su rivalidad y los tiras y aflojas de la gente de su alrededor.
A mí, personalmente, la historia me ha atrapado. Acabé de leerla a las 5 de la mañana después de volver de una boda, para que os hagáis a la idea de las ganas que tenía de progresar y saber más. En la opinión anterior dice que tiene altibajos y que el ritmo decrece. A mí no me lo ha parecido, pero tal vez sea porque estaba tan entusiasmada que perdí el norte. Puede ser. Creo que tal vez sí que sea cierto en lo relativo a la historia de Clarissa pero quizás sea porque está sometida al corsé de los acontecimientos reales.
En todo caso, por mi parte, recomendadísima. He disfrutado como una enana con la lectura y no he podido despegarme de internet visitando una página tras otra para saber más cosas sobre el periodo.
== Ficha técnica ==
Título: La principessa
Título original: Die principessa
Autor: Peter Range
Editorial: Planeta
Fecha de publicación original: 2002
Fecha de publicación de la edición: 2008
Número de páginas: 476
Edición: tapa dura
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