An American Crime


El poeta inglés Lord Byron dijo: "Truth is stranger than fiction" (La realidad supera a la ficción). Y tenía razón. Lo cierto es que, con demasiada (y preocupante) frecuencia, los informativos y las crónicas de sucesos parecen una compilación de guiones macabros esperando a que el director o escritor de turno los conviertan en película o novela. Lo triste es que el argumento de esas crónicas se ha perpetrado en la vida real y lo preocupante es que vivimos en una sociedad inmunizada contra los actos de crueldad que cada vez necesita ver y oír historias más retorcidas para lograr conmoverse. El "mirar hacia otro lado" es un ejercicio demasiado común.

"An American crime" es una película que nos muestra la crueldad humana (activa y pasiva) en todo su esplendor. ¿Es novedosa? No; no lo es porque la historia que cuenta ya ha sido contada muchas otras veces con múltiples variaciones. Se vale de la materia prima del cine de terror/suspense y del tópico más recurrido en este tipo de películas: "Persona torturada a manos de otra(s) persona(s)". Lo que la hace diferente y más aterradora es que está basada en una historia real (y nada asusta tanto como el horror sucediendo en nuestro entorno cotidiano, aparentemente seguro). Efectivamente: la realidad supera a la ficción. En esta ocasión, incluso se dan la mano y nos cuentan la historia conjuntamente.

Sinopsis

"An American crime" se sitúa en plenos años 60 y cuenta la historia de Sylvia Likens: una adolescente de 16 años que, junto a su hermana, fue dejada al cuidado de su vecina Gertrude Baniszweski mientras sus padres se auyentaban unos meses por motivos laborales. Gertrude se hacía cargo de sus hijos ella sola y siempre iba escasa de dinero, pasando penurias económicas y sobreviviendo gracias al sueldo que ganaba planchando para las vecinas y al trabajo de Paula (la hija mayor). Aceptó que las dos adolescentes vivieran en su casa (junto a sus seis hijos) durante unos cuantos meses a cambio de 20 dólares a la semana.

A las pocas semanas de estar las dos niñas allí, el cheque que sus padres enviaban semanalmente se retrasó y fueron castigadas físicamente por ello. Gertrude, emocionalmente inestable, empezó a descargar su ira contra Sylvia, infligiéndole castigos físicos que duraron meses y que fueron aumentando de manera proporcional a la rabia que la señora Baniszwesi sentía por Sylvia, a la que convirtió en la culpable de todos sus males. Finalmente la encerró en el sótano, donde fue torturada y vejada no sólo a manos de Gertrude sino también de todos sus hijos y de los amigos de éstos hasta que murió.

Desarrollo

La película empieza con el juicio por la muerte de Sylvia narrado por ella misma en una voz en off. A lo largo de toda la película se van intercalando imágenes del juicio y de los testimonios de los implicados con las de la historia real para hilvanar los retazos de la historia. Justo al inicio vemos la partida de los padres y a las niñas quedándose a cargo de Gertrude. Al principio todo va muy bien: las niñas se adaptan rápidamente y se hacen amigas del resto de hermanos. Vamos siendo testigos de la inestabilidad mental de la madre por medio de gestos, miradas y actitudes que nos muestran que está sobrepasada por la penosa situación familiar que vive: sin dinero, sin marido y con un bagaje emocional muy estresante a sus espaldas. Cuando el primer cheque se retrasa su ira se desencadena y azota a las dos niñas con un cinturón. En esta escena es cuando queda patente la bipolaridad de Gertrude que, inmediatamente después de pegarlas, las acaricia y las tranquiliza, alegando que todo lo hace por su bien.

El despotismo de Gertrude se va acrecentando a medida que avanza la historia, al mismo tiempo que su odio por Sylvia se va haciendo cada vez mayor. Sylvia y su hermana intentan llevar una vida normal en la medida de lo posible. Sylvia incluso tiene sus pequeños coqueteos con chicos del vecindario, al tiempo que las cosas se complican para ella y los castigos se van haciendo más severos e insoportables (justificados por Gertrude como "lecciones que hay que aprender"). Finalmente Sylvia es encerrada en el sótano en el cual recibe todo tipo de torturas y vejaciones por parte de Gertrude, de sus hijos y de todos los amigos del vecindario. La versión oficial que la familia da a la gente es que Sylvia ha sido enviada a un reformatorio. Después de sufrir lo indecible, Sylvia muere y la familia entera es juzgada y condenada en un juicio que fue muy mediático, con un caso que horrorizó a la opinión pública y que ha sido calificado como "el peor crimen de la historia de Indianápolis".

El enfoque de la película

Con este tipo de películas basadas en historias reales siempre se corre un peligro al hacerlas: caer en el morbo gratuito. "An American crime" no lo hace en ningún momento (cosa muy difícil teniendo en cuenta que la historia está llena de elementos que se prestan a eso). Su director, Tommy O'Haver, ha hecho un trabajo excelente a la hora de contar esta historia al espectador: muestra la crudeza y el horror de lo que pasó pero sin caer en el terreno de lo morboso y del sadismo gratuito. Cabe decir también que la película es descafeinada comparada con lo que pasó en realidad y que se ha hecho un trabajo muy políticamente correcto en el que al espectador se le pone la mano delante de los ojos y tan sólo se le deja ver aquello que se cuela por el hueco de los dedos. El ritmo de la película es muy fluido ya que tiene una duración correcta: ni corta ni excesiva y la sucesión de escenas es muy dinámica y hace que la historia avance rápidamente.

El suspense se mantiene durante todo el rato aunque es más angustiosa por el hecho de saber que ocurrió de verdad que por lo que muestra en sí. De hecho, las escenas escalofriantes son cuatro o cinco (y no son explícitas); el resto de la película está cargado de escenas cotidianas de un apacible pueblo de América pero con la sensación de que algo malo va a pasar flotando en el ambiente. El director ha dejado muchísimas cosas fuera y ha contado la historia de la manera más "light" posible: en esta película se muestran azotes, patadas, humillaciones, quemaduras de cigarro, a Sylvia obligada a introducirse una botella de Coca-Cola vía vaginal y (la escena más impactante de todas) cuando le marcan en el estómago la frase "Soy una prostituta y estoy orgullosa de ello" con una aguja caliente, pero se han omitido todas las otras torturas a las que fue sometida Sylvia (ni siquiera se mencionan en el juicio y, el horror que vivió, queda parcialmente sesgado).

El peso de las interpretaciones

La película está maravillosamente interpretada: todos los actores están soberbios, en especial Ellen Paige (Juno) y Catherine Keener en calidad de protagonistas. Ambas están espléndidas en sus actuaciones (Ellen Paige está increíble) y llevan el peso y la responsabilidad de la historia (los gritos de Ellen Paige en la escena del sótano ponen los pelos de punta, algo que se ha perdido en la versión doblada que pierde algo de intensidad). El problema que le veo a la película es que Gertrude no resulta todo lo odiosa que debería resultar. Se hace odiosa, sí, pero debido al descafeinado que han hecho han restado maldad al personaje de Gertrude. Hay momentos en los que incluso llega a convertirse en víctima de las circunstancias (algo que pasa mucho en películas de este tipo: te muestran la otra cara de los malos, sus dramas personales que los convierten en víctimas por lo mal que les ha tratado la vida) y que, incluso, llegan a infundir lástima.

La interpretación de Catherine Keener es excelente, de eso no cabe duda, pero debido a la manera en que está "guionizado" su personaje, hay momentos en los que parece que esté teniendo su momento de redención y arrepentimiento. A pesar de haberla pintado como lo que fue (el mal en persona), han añadido muchas escenas de "justificación" a su personaje que hacen que el espectador no llegue a odiarla todo lo que debería. Incluso hay momentos empáticos en los que el espectador se llega a solidarizar [en la medida de lo posible] con Gertrude. El director no ha contado una historia tradicional de buenos contra malos sino que nos ha mostrado la historia de forma neutra e imparcial, sin decantarse por nadie. Una historia que muestra cómo la maldad puede encontrarse hasta en el vecindario más apacible del pueblo más tranquilo. Por muy bonita que sea la fachada de la casa y lo felices que parezcan sus inquilinos, las cosas más horribles pueden pasar dentro, a puerta cerrada.

Crítica social

"An American crime" es una película arriesgada, tanto por la historia que cuenta como por cómo la cuenta. La trama recuerda muchísimo a casos recientes de naturaleza similar que han conmocionado a la opinión pública y es inevitable recordarlos mientras se ve la película. De hecho, "An American crime" viene a ser su "alter ego"; la película que precede a las que (seguro) se harán dentro de 40 años sobre los casos vigentes actualmente. En su momento fue un crimen muy mediático, que escandalizó a la sociedad americana y que, en Indiana, se considera el peor caso de abusos de su historia. Esta película es un clarísimo dardo envenenado a la hipocresía del mundo occidental, a nuestra perfecta sociedad que se atreve a juzgar y a satanizar las morales ajenas, que vive de cara a la galería en una constante competición por ser más y mejor que el vecino y que duerme con la conciencia tranquila bajo la manta del conformismo y la ignorancia. Como alguien dijo una vez: "El mejor remedio para la conciencia es la indiferencia".

El objetivo de esta película no es ofrecer morbo a los espectadores sino mostrarles de lo que es capaz el ser humano. A pesar de que el director se ha limitado a contar la historia de lo que le pasó a esta chica de forma neutral, la película tiene tintes de durísima crítica social (que se desprende por sí sola). Es como si, mientras la vieras, alguien te estuviera diciendo: "Sí, de eso y de mucho más sois capaces los ciudadanos del mundo civilizado". La actitud de "mirar para otro lado" y "fingir que no pasa nada" queda maravillosamente retratada en esta película: el director se ha valido de escenas simplísimas pero visualmente muy efectivas para mostrarnos cómo los vecinos oyen los gritos y los berridos de Sylvia pero deciden no meterse porque no es asunto suyo y porque prefieren creer que Sylvia es la niña problemática y conflictiva que todos dicen ser, y que Gertrude tan sólo la está aleccionando. Es más fácil mirar a otro lado, teniendo el convencimiento moral de que lo que está pasando no es culpa tuya y seguir con tu vida. "Ya se apañarán", "Algo habrá hecho", "Es problema suyo" (los argumentos más típicos del lavado de conciencia).

"An american crime" reflexiona también sobre qué es lo que convierte a la gente en monstruos y cómo se propaga el mal. ¿La gente es inherentemente perversa o es algo que se desarrolla con el entorno propicio para ello? En la película vemos claramente que los hijos de Gertrude actúan por mimetismo: ven que su madre maltrata a Sylvia y ellos lo aceptan como algo normal, están creciendo bajo la influencia de una persona cruel y despiadada, que les educa con la doctrina del "jarabe de palo" y aceptan ese comportamiento como algo natural. ¿Pueden seis niños de una misma familia ser malos por naturaleza o son fruto de su entorno? Hay una escena muy significativa en la que uno de los amigos del vecindario pregunta a los hermanos si no creen que lo que hacen está mal, y una de las niñas responde: "Mamá dice que podemos". La eterna pregunta de "¿Nacemos o nos hacemos malos?". Por otra parte, todo un barrio es consciente de lo que está pasando pero nadie hace nada por ayudar a Sylvia. Es más: torturar a Sylvia se convierte en el pasatiempo de moda en el vecindario durante el tiempo que dura su cautiverio. Estamos, por tanto, ante un pueblo entero de sádicos. ¿No es raro que NADIE hiciera nada y aceptara lo que pasaba?

Lo mejor de la película

* Las interpretaciones de todos los actores y, en especial, de las dos actrices protagonistas. Ellen Paige transmite a la perfección la angustia y el miedo de su personaje (su actuación es impresionante), además de guardar un parecido físico con la verdadera Sylvia asombroso. Catherine Keener en el papel de Gertrude también está muy bien, aunque la de verdad daba un miedo atroz con sólo mirarla y Catherine, con su físico, su actuación y el enfoque que le han dado los guionistas a su personaje, hace que parezca que tiene humanidad.

* Las metáforas visuales y el simbolismo: puertas que se cierran, discursos en la iglesia que guardan relación con lo que está pasando en la casa (llevados al extremo, por supuesto), escenas en las que se ve a los vecinos mirar para otro lado (literalmente) y el contraste de un pueblo muy bonito y lleno de colorido, lleno de vecinos perfectos que sirve de escenario para uno de los crímenes más sangrientos que ha conocido América. La fotografía y puesta en escena están muy bien hechas y la recreación de los años 60 (con el estilo de la época) está muy lograda: no han recurrido al tópico de ambientar la película en un pueblo oscuro y lluvioso: brilla el sol en todo momento y todo está lleno de color, fiestas y normalidad.

* La manera en que han contado la historia: sin recrearse en los detalles morbosos y manteniéndose fieles a la historia, evitando la crueldad gratuita (en la medida de lo posible). Han evitado las escenas explícitas al máximo, mostrándolas de una forma que provoca repulsa en el espectador pero sin rozar el terreno de lo gore. La película está hecha en un estilo "Tv movie-documental-reconstrucción de los hechos" que muestra lo que pasó de forma muy imparcial: se limita a contar la historia tal como fue sin contarla de una manera tendenciosa, pero de tal manera que es imposible no reflexionar sobre lo que pasa. Es una película de terror psicológico, no una película de terror 'a secas' como ya se han hecho con un argumento parecido.

Lo peor de la película

* El final flojea un poco: el director se toma una licencia personal que, si bien no resulta ridícula, sí que le da un final muy Hollywoodiense y un poco fantasioso. No es que desluzca la película, pero sí que rompe el enfoque de narración de los hechos de forma documentada. Por así decirlo: mientras que el resto de la película nos muestra lo que pasó de manera fidedigna (información sacada de las actas del juicio a partir de las cuales el director ha intuido cómo sucedió todo), el final es muy fantasioso y narra el trágico desenlace de manera muy blanca y poética.

* Otro de los puntos negativos es que se han dejado fuera muchas cosas importantes, especialmente en lo referente a lo que sufrió Sylvia. En la película sufre (y mucho) pero teniendo en cuenta las barbaridades que le llegaron a hacer, la película llega a ser hasta suave. Evidentemente, se ha evitado el morbo al máximo (y eso es bueno, porque se trata el sufrimiento de esta chica de forma digna), pero cuando haces una película contando un drama con la finalidad de informar, tienes que contarla entera para que el mensaje que quieres transmitir (en este caso la crueldad de los hechos) llegue por entero. Además, hay otros elementos importantes que han omitido (un intento de escapar, investigación por parte de los servicios sociales, una visita de los padres, etc).

* La humanización de Gertrude. Una de las últimas escenas roza lo ridículo y esperpéntico cuando a Gertrude se le aparece una visión de Sylvia y le pide perdón. Incluso hay escenas en las que casi llegas a sentir lástima por Gertrude y la ves como una víctima que ha tenido una vida muy dura y no puede evitar ser como es; otras escenas en las que incluso se arrepiente de lo que está haciendo y limpia las heridas de Sylvia cariñosamente y se justifica con un diálogo lacrimógeno de "lo hago por mis hijos, no quiero que corran mi misma suerte". En realidad Gertrude fue un monstruo y, en la película, eso no queda lo suficientemente patente.

* El doblaje, si bien está bien hecho, le resta intensidad a las actuaciones de Ellen Paige. Habiendo visto la versión original y la doblada, los gritos de la original ponen los pelos de punta mientras que en la doblada pierden intensidad (aunque es un detalle menor sin más importancia).

¿Recomendada?

Sí, totalmente. Es una película muy bien hecha (a pesar de los inconvenientes que le he visto) que hace reflexionar sobre lo crueles y despiadados que podemos llegar a ser y muestra lo peor de la raza humana en toda su crudeza. Muestra los instintos más bajos del ser humano. La película se deja ver a pesar de lo dura que es la historia que cuenta. Está tratada de forma muy correcta y para nada morbosa: no se muestra nada explícitamente y se aguanta bien. Tiene un formato muy de TV movie que la aleja del cine comercial (que busca impresionar y atraer al audiencia con el morbo).

"An American crime" busca contar una historia y despertar la conciencia del espectador para mostrarle que, la mayoría de las veces, el horror está en la cotidianidad de cada día y mete el dedo en su ojo para recriminarle la hipocresía y la doble moral que tiene con frecuencia (manifestándose en contra de matanzas de humanos pero torturando animales por diversión, por ejemplo), además de mostrar que los espectadores pasivos son tan culpables como los autores materiales de las injusticias. Invita también a reflexionar sobre las apariencias y lo mucho que engañan (nunca sabes qué se puede esconder en el interior de un exterior perfecto). No es una película agradable de ver aunque es perfectamente soportable (si sois capaces de aguantar un informativo, podréis aguantar esto). Es una película interesante de ver y que no deja indiferente.

A modo de curiosidad

Una de las teorías que corren es que este caso fue un experimento fructuoso de la "Operación MK Ultra", un programa de investigación de la CIA que experimentaba con métodos para controlar la mente. En la película no se menciona esto de forma explícita pero sí que se sugiere (de forma sutil) que pudo haber 'algo más'. Durante toda la película se hace especial hincapié en el medicamento para el asma que tomaba Gertrude (algo que se nos muestra siempre en primerísimos planos) y en los cambios de conducta que experimentaron sus hijos y ella misma durante las semanas en las que empezó todo. En el juicio, ninguno de los implicados es capaz de explicar las razones por la cuales hicieron lo que hicieron y se ve claramente la confusión que sienten ellos mismos ante lo que han hecho. La teoría de que este caso fue fruto del proyecto MK Ultra es tan sólo eso: una teoría que corre como una leyenda urbana (el proyecto MK Ultra sí es real, pero su relación con este caso nunca ha sido probada). La realidad, probablemente, sea que fue un caso de maldad grupal (como ya ha habido muchos en la historia de la humanidad y como se producen cada día en colegios, lugares de trabajo y comunidades en las que coexisten seres humanos)

Ficha técnica

Dirección: Tommy O'Haver.
País: USA.
Año: 2007.
Duración: 98 min.
Género: Drama.
Interpretación: Catherine Keener (Gertrude Baniszewski), Ellen Page (Sylvia Likens), James Franco (Andy), Bradley Whitford (Leroy), Ari Graynor (Paula), Nick Searcy (Lester Likens), Romy Rosemont (Betty Likens), Evan Peters (Ricky Hobbs), Jeremy Sumpter (Coy Hubbard), Michael O'Keefe (reverendo Bill).
Guión: Tommy O'Haver e Irene Turner.
Producción: Henry Winterstern, Kevin Turen, Katie Roumel, Jocelyn Hayes y Christine Vachon.
Música: Alan Ari Lazar.
Fotografía: Byron Shah.
Estreno en España: 13 Junio 2008.

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