Paranoia - Joseph Finder


Para los lectores empedernidos siempre es un placer leer un libro cuyo resultado global se ajusta a las expectativas que teníamos respecto a él. El género thriller y la novela negra me apasionan pero, como en tantos otros ámbitos de la literatura y de la vida, no es oro todo lo que reluce. Muchas veces he comprado thrillers cuyas sinopsis me han parecido apasionantes y muy prometedoras (de ésas que te hacen pensar: "¡Esto va a ser una novela trepidante de las que empiezas y no puedes soltar!") y, después, me he encontrado con auténticos bodrios que me ha costado muchísimo terminar y que, en muchos casos, he tenido que dejar por imposibles del sopor que me producía su lectura. Y es que este es el peligro que tienen las novelas de este tipo: las premisas pueden ser muy buenas pero, si no están desarrolladas de forma correcta, la idea más original y apasionante puede desembocar en una historia soporífera, sin ningún interés para el lector. No es infrecuente para los apasionados de este género quedarnos pensando, novela en mano, "¿cómo es posible que con una idea tan buena este autor haya escrito algo tan mediocre y aburrido?". La compra de un libro no deja de ser una lotería, ciertamente.

Es por eso que, este libro ("Paranoia" de Joseph Finder), me ha dejado tan buen sabor de boca: porque ha respondido a las expectativas que tenía puestas en él. Es un libro que cumple lo que promete y que no tiene más pretensión que la entretener al lector proporcionándole una historia ambientada en el mundo de las altas esferas empresariales para mostrarnos el "hijoputismo" salvaje del mundo laboral actual, encuadrado dentro de la sociedad terriblemente competitiva en la que vivimos. Compré "Paranoia" esperando encontrar un thriller intrigante que, al tiempo que me entretuviera con una trama inquietante, me mostrara un entorno laboral de competencia feroz, de espionaje industrial, de puñaladas traperas, poblado por los diversos individuos con diversas personalidades de la especie perteneciente a la fauna llamada "trabajadores". En definitiva, buscaba lo que siempre busco en este tipo de novelas: una trama con un misterio, un protagonista tridimensional con un bagaje emocional y vital interesante y una historia que se desarrolla en un entorno urbano (en este caso una gran empresa, mostrando el mundo laboral actual en sus más altas esferas en todo su esplendor, como escenario de fondo). Y eso es lo que me ha ofrecido; así que, como cliente que paga, he quedado satisfecha con el producto adquirido.


El autor: Joseph Finder

Muchos lo comparan con John Grisham. De hecho, en la contraportada de "Paranoia", se refieren a él como "el nuevo Grisham". Y, personalmente, creo que es una comparación muy certera. Tienen estilos similares y, por lo que he leído de ambos, Joseph Finder no tiene nada que envidiar a Grisham. Ambos comparten estilo, pero cada uno tiene su imprenta digital propia, lo cual les confiere a cada uno una identidad literaria que los hace especiales. Joseph Finder (nacido en Chicago en 1958) se ha especializado en escribir thrillers ambientados en entornos empresariales y, en concreto, en las altas esferas de las compañías. Está curtido en ese terreno y lo domina, es por eso que sus novelas resultan tan fascinantes. Finder completa el círculo creando personajes muy ricos (literariamente hablando) y con mucha profundidad: protagonistas tridimensionales con sus motivaciones, sus dramas, sus miedos y sus inseguridades. Es un escritor con un estilo narrativo muy atractivo, con una capacidad para situar al lector en los ambientes que describe y con unos personajes tan interesantes que hacen que sus libros tengan no sólo una buena historia sino también cierta crítica a la sociedad actual.
Estos títulos son los que tiene publicados en España:

* Paranoia
* La compañía
* Instinto asesino
* El club de Moscú
* La hora cerco
* Poderes extraordinarios

Paranoia: sinopsis

Adam Cassidy es un chico de 26 años que trabaja para "Wyatt Telecom", una potente y poderosa compañía dedicada al negocio de la alta tecnología. Odia su trabajo y está realmente desmotivado tanto en el plano profesional como en el personal. Harto de todo, decide hacer un desfalco a la empresa en un acto de generosidad o justicia divina (para hacerle una fiesta de despedida a un longevo trabajador que se jubila y al cual los grandes jefazos no tienen pensado darle ni las gracias porque es "sólo" un mozo de carga en el almacén). Evidentemente (y esta es la chispa que enciende la dinamita que pondrá la vida de Adam del revés) lo pillan. Es obligado a comparecer ante el equipo de dirección para rendir cuentas de lo que ha hecho. Adam cree que lo peor que puede suceder es que lo despidan (cosa que, en el fondo, tampoco supondría un gran disgusto para él porque desprecia a su empresa e invierte su tiempo en el trabajo en hacer ver que trabaja) pero lo que se encuentra es mucho más que una amenaza de despido: se encuentra puesto entre la espada y la pared. Lo que la directiva le propone es: o ir a la cárcel y pasarse muchísimos años allí (el director tiene muchísimos contactos que se encargarán de inculparlo y meterlo entre rejas) o infiltrarse en "Trion sistems", su principal competidor, para espiar e informarles de sus movimientos y descubrir qué se traen entre manos. Por supuesto, tendrá que ir con pies de plomo; no hay margen de error: si lo descubren, la cárcel le espera. Sólo hay dos puertas disponibles: en una, está la cárcel. En la otra, convertirse en un esbirro de la directiva de Wyatt Telecom para dedicarse al espionaje industrial (con todos los riesgos que conlleva aunque también con la ventaja de que será asquerosamente rico). Adam, entre la espada y la pared, elige la segunda opción.
Desarrollo

Todo empieza con el proceso de convertir a Adam en espía. Evidentemente, no es más que un chico normal y corriente que, hasta ahora, todo lo que ha hecho ha sido arrastrarse por la empresa y por la vida. En el proceso de convertirse en el espía perfecto interviene Judith: una arpía con los nervios de acero que le enseña todo lo que hay que saber sobre el mundo de los recursos humanos: lo prepara para la entrevista de trabajo en la que tendrá que convencer a los jefes de que él es el candidato ideal y le muestra cómo debe actuar una vez dentro. Todo este proceso está narrado con una gran maestría y psicología (es realmente interesante ver el impacto de las primeras impresiones, la importancia del lenguaje corporal, de los gestos, de las palabras…); es aquí cuando el autor nos empieza a mostrar cómo es el mundo laboral. Cuando ya está dentro de la empresa, todo cambia para Adam. Su estilo de vida da un giro de 360º y pasa de ser un chico que vive en un apartamento diminuto e infame a ser un "nuevo rico" que conduce un cochazo, vive en un apartamento espectacular y viste ropa cara: y es que se ve obligado a cambiar de vida porque su estatus económico cambia de manera espectacular y su cuenta corriente pasa a estar muy abultada.

Una vez dentro de la empresa, tiene que ponerse manos a la obra para obtener información. Evidentemente, en una empresa de semejante envergadura como es "Trion Sistems", las cosas no van a ser tan fáciles como abrir un archivador y fotocopiar los documentos necearios. Las medidas de seguridad son extremas hasta el punto de controlar quién está conectado a la intranet de la empresa, quién está trabajando hasta tarde, quién está en el ala "E" del complejo de oficinas, se registran las entradas, las salidas, etc. Adam se las tendrá que ingeniar para saber por dónde tiene que empezar a buscar, qué es lo que tiene que encontrar y (lo más importante) cómo acceder a la información. Todo esto da lugar a una sucesión de escenas trepidantes de las que te mantienen pegado al libro: el lector acompaña a Adam en sus intrusiones en la empresa a altas horas de la noche, lo sigue por los pasillos, por los cubículos de los empleados, oye el repiqueteo de sus zapatos en las baldosas del suelo, es partícipe de su desesperación y su miedo a ser pillado mientras husmea en carpetas confidenciales, mientras intenta acceder a sistemas ajenos, cuando coloca dispositivos de espionaje en los ordenadores de los mandatarios, cuando se cuela en sus despachos, cuando se las ingenia para entrar a áreas que requieren identificación y tarjeta magnética, etc. Trepidante, en serio.

Adam se convierte inmediatamente en el ojito derecho de Goddard (el fundador de la empresa y más alto responsable), lo cual hace las cosas mucho más difíciles porque, evidentemente, los remordimientos de conciencia no tardan en aparecer. Adam se siente (y se sabe) un traidor. El hecho de que Goddard sea una persona honesta, que trata bien a sus empleados y tiene a Adam en alta consideración no estaba previsto: Adam esperaba encontrarse a un jefe déspota y tirano, de los que tanto abundan en las altas esferas de los negocios, una persona a la que fuera fácil odiar y que no le diera problemas con su conciencia. Pero Goddard es todo lo contrario y para Adam es doblemente difícil cumplir la misión que tiene que llevar a cabo: mirar a Goddard a los ojos y saber que lo está apuñalando por la espalda se hace muy duro para él. El ascenso laboral de Adam es meteórico: ayudado por información y datos que le proporciona su antiguo jefe y por el aprecio que Goddard siente por él, Adam inicia un ascenso hacia la cima a velocidades de vértigo, lo cual le facilita las cosas a la hora de obtener información. En concreto, debe descubrir de qué se trata el "Proyecto Aurora" y robarlo: un proyecto "top secret" que (según parece) revolucionará el mundo de las telecomunicaciones y llevará a "Trion Sistems" a la cima absoluta.

Cada vez las cosas se complican más para Adam: sabe que no tiene otra opción, pero le resulta agotador seguir con esta doble vida. Por supuesto, nadie de su entorno puede saber qué es lo que hace ni puede sospechar nada. Adam está literalmente agotado después de noches sin dormir infiltrándose en las oficinas a alta horas de la noche, trabajando hasta muy tarde para tener su trabajo al día (no hay que olvidar que Adam, a ojos de su nueva empresa, es otro trabajador más, y tiene que rendir como tal: preparar presentaciones, asistir a reuniones, hacer las tareas que su trabajo conlleva, etc). Por si fuera poco, su cargo no es uno cualquiera: es la mano derecha de Goddard (el jefe supremo), lo cual conlleva mucho trabajo físico y emocional. Goddard ve en Adam al hijo que perdió hace años, además de a un chico con mucho potencial y talento. Adam ni se imagina hasta qué punto está metido en el fango: él cree que, cuando haya cumplido con su misión, los villanos de Wyatt lo dejarán en paz, pero en absoluto es así. Adam no es el que decide sobre su vida: son los otros los que lo hacen. Cuando harto y agotado decide acabar con la farsa, plantarles cara y decirles: "Mirad, ya he hecho lo que queríais, he cumplido mi parte del trato, os he dado la información: se acabó, lo dejo", los otros hacen gala de su poder y le demuestran hasta qué punto lo tienen controlado. Durante toda la novela Adam vive con la espada de Damocles pendiendo sobre su cabeza, notando el aliento de sus perseguidores en el cuello.

Psicología de los personajes

La psicología de los personajes es uno de los puntos fuertes de esta novela. Adam está descrito a la perfección y todos sus miedos, flaquezas y maneras de actuar tienen su justificación. Educado por un padre muy severo, Adam es un "loser" (perdedor): en un mundo tan altamente competitivo como el actual, o estás arriba del todo o no estás. Adam es una persona que se podría definir como "harto de su vida": su madre murió y su padre está enfermo, Adam tiene que hacerse cargo de él y no es una persona fácil con la que tratar. Por otra parte, sufre claramente el síndrome burnout: está quemado con su trabajo, lo odia. Lo que Adam no ve es que es un chico con mucho potencial y mucho talento, simplemente está desaprovechado y nadie ha confiado plenamente en él ni le ha hecho ver lo que vale. Le falta ambición, empuje y ganas de superarse. Para él, sus esfuerzos laborales se centran en "hacer lo mínimo". De repente, cuando todo su mundo se vuelve del revés, Adam se encuentra luchando por seguir a flote en aguas infestadas de tiburones que nadan a su alrededor, dispuestos a atacar.

Su padre es un personaje que aporta el toque de humor y, al mismo tiempo, de dureza a la historia: las constantes peleas que tiene con sus enfermeros particulares (todos acaban dimitiendo por el mal carácter que tiene el hombre) son desternillantes. Había pasajes en los que me reía a carcajadas (y no me pasa mucho leyendo libros). Por otra parte, el padre de Adam es el que le pone los pies en la tierra y le escupe la realidad a la cara con una honestidad brutalmente sincera. Su padre le recuerda constantemente que es un perdedor y un fracasado (a ojos de su padre, es lo que Adam es: un gran fracaso. Su padre tenía grandes aspiraciones para su hijo y, éstas, no se han visto realizadas). Por otra parte, es también su padre el que le hace ver lo esperpéntico de su situación: a pesar de no saber qué es lo que realmente pasa, su padre sí que ve que su hijo ha cambiado de estatus y le dice constantemente que "no eres como ellos, no perteneces a su mundo". Le muestra la realidad: no es más que un nuevo rico que ha vendido su alma al diablo. Viste trajes caros y conduce un cochazo, pero debajo de todo eso está el Adam de siempre.

Para complicar todavía más las cosas, Adam se enamora de una chica de la empresa que trabaja en el "Proyecto Aurora". Lo que empieza por puro interés acaba en enamoramiento por parte de Adam, lo cual empeora las cosas. Adam, a lo largo del libro, se enfrenta a muchísimos momentos de dilema moral (tipo: "¿Qué vas a hacer? ¿Qué vas a elegir? No puedes tener ambas cosas: o manda la cabeza o manda el corazón, pero ya sabes qué es lo que está en juego y cuáles serán las consecuencias"). El personaje de Adam nos muestra los límites a los que es capaz de llegar una persona cuando está bajo coacción: las situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas. Adam no es más que una marioneta, una pequeñísima pieza de la maquinaria de un gran complot empresarial del cual él no es consciente.

El mundo empresarial, las altas esferas de los negocios y el entorno laboral adquieren identidad propia en esta novela y son como un personaje más. Vemos la alienación de los trabajadores: trabajando en cubículos, absortos y absorbidos por su trabajo, entregados de lleno a la batalla campal que es el mundo laboral, en luchas encarnizadas por el poder. La novela tiene, en este aspecto, muchísimos tintes de crítica social: lanza un dardo envenenado a la agresividad que hay en el mundo laboral actual, fruto de una sociedad altamente competitiva en la que todo el mundo quiere despuntar y estar en la cima y está dispuesto a lo que sea por conseguirlo (sólo hay que ver de lo que son capaces muchos padres: educando a sus hijos en la competencia feroz ya desde pequeños, inculcándoles la idea de que "el segundo, es un perdedor"). En especial, se centra en las altas esferas de la empresa, las cuales no dejan de ser un microcosmos que refleja el mundo real. En la novela aparecen "secundarios" que encarnan todos los estereotipos: el trepa, el lameculos, el que da puñaladas traperas, el que es capaz de pisar a quién haga falta para conseguir lo que quiere, etc.

Estilo narrativo

Este no es un libro de asesinatos, persecuciones por las calles de Manhattan y acción constante. La historia se desarrolla sin sobresaltos pero sin resultar aburrida. Lo interesante es observar la evolución del personaje principal y ver cómo va buscando pistas, documentos, algo a lo que aferrarse mientras tiene a sus villanos pisándole los talones y recordándole cuál es su misión. El estilo del autor es ágil y ligero, haciendo que el lector se mete en situación y se sienta testigo silencioso de la historia: un espectador con una butaca privilegiada. Hay momentos en los que tienes la sensación de estar encerrado con Adam en los despachos de la empresa en plena noche, muerto de miedo por si alguien os pilla. El autor hace que te involucres en la historia plenamente, como si fueras un personaje más.

¿Recomendado?

Sí. Si os gusta el género y buscáis algo ligero (aunque no por ello vacío de contenido), esta es vuestra novela. La recomendaría a los amantes de la novela negra, del thriller, de la obra de Grisham y similares y, en definitiva, a todo el mundo que busque una novela de intriga con la que pasar el rato que, al mismo tiempo, invite a la reflexión sobre el mundo tan avaro en el que vivimos y el entorno laboral tan feroz en el que nos movemos, siempre en tensión por llegar a la cima aunque tengamos que sacrificar nuestra felicidad por ello. Quizás, como inconveniente, diría que le sobran unas cuantas páginas hacia la parte final (aunque no es nada grave, es que a mí me gustan los libros concisos). A mí me ha gustado mucho y lo recomiendo vivamente.

Ficha técnica

Título: Paranoia
Autor: Joseph Finder
Año de edición: 2008
ISBN: 978-84-96940-24-6
Editorial: Roca bolsillo
Colección: Criminal
Precio: 8.95€

1 Response to Paranoia - Joseph Finder

14 de mayo de 2010, 16:52

Toda la razón del mundo, me fui a comprar un libro "x" sin idea de que escoger, & mi instinto no me falló, escogí paranoia, & voy por la mitad. Me encanta (: