Decepción. Total y absoluta. El otro día mi madre me dijo que me regalaba un libro y claro, ante un ofrecimiento como ese no puede resistirse una. Elegí éste, que no había visto previamente (y mira que tengo las estanterías bastante trilladas) porque tenía buena pinta. Cuando mi hermana, que jamás coincide conmigo en gustos de lectura, vio lo que me iba a llevar me dijo que ella lo tenía en su casa, que lo había comenzado a leer y que ahí lo tenía. No es que lo hubiese dejado porque fuera un truño sino porque se lió con otras cosas pero que vamos, que tampoco le había enganchado. Mi hermana tampoco me sirve como criterio porque normalmente no tenemos un gusto parecido, pero esta vez no se equivocaba.
Menudo aburrimiento. Peñazo. Tostón. Coñazo. ¡¡¡¡ Qué rollooooooooo!!!
No sé cómo la caga de semejante manera el autor porque tú lees el argumento y a priori lo que cuenta parece sumamente interesante y llamativo. Es la historia de un irlandés que llega a Estados Unidos para hacerse a sí mismo, Henry Smart. Un viaje que nos llevará de Nueva York a Chicago en el que toparemos con la mafia y conoceremos a Louis Amstrong del que se hará inseparable, su “hombre blanco”. Mafia y blues.
Otros autores con menos material, con menos chicha, sin tanta historia de fondo sobre la que escribir y consiguen escribir cosas interesantes de leer. En cambio este es un caso raro. A menudo lo que falla es que las novelas estén basadas en humo y no se sostengan. Pero no es el caso. HAY UNA BUENA HISTORIA DETRÁS. Es mérito del escritor haberla descubierto y también su fallo haber hecho semejante bodrio con ella. No lo acierto a comprender. Y más cuando se supone que es un buen novelista. Roddy Doyle es el autor del libro “Los comitments”, que no he leído pero se supone que es estupendo.
Pero es que la cosa hace aguas por todos los lados.
Primero por el retrato que hace del protagonista. Lo peor que puede sucederte en una novela es que aquel sobre el que recae todo el peso de ella te deje absolutamente indiferente, como ha sido el caso. Vale. Es un antihéroe. Y como tal está lleno de luces y de sombras. No pretendo que sea un dechado de virtudes ni que me lo presenten como a una persona fuera de lo común. Es una persona que trata de sobrevivir del modo que sea y eso implica hacerlo incluso de modos poco honrosos. No me importa que se salte la ley. Ni que trate mal a la gente. Tampoco me hubiese importado excesivamente, en honor a la verdad que hubiese hecho que resultase odioso.
El problema, el gran problema, es que no produce ni frío ni calor. Te da un poco igual lo que le pase. Te dicen que es un tipo carismático, pero ese carisma jamás traspasa las páginas del libro. Ni puedo odiarlo a gusto, ni es un golfo de los que te caen bien, ni es una persona con la que te puedas sentir identificada, ni es bueno y mueve a la admiración. Te deja completamente indiferente. Y como la novela se sustenta sobre él, se derrumba.
Una de las cosas que más me exasperaba es lo poco que se molestaba en profundizar en su relación con las personas. Quedaba bien manifiesto en que ni siquiera se molestaba en aprenderse su nombre, por ejemplo. Dicho esto, podéis suponer que el retrato de los secundarios es totalmente superficial. Así que si ni secundarios ni principal están retratados en condiciones o de un modo atractivo, apaga y vámonos. Nos queda lo que cuenta.
Y lo que cuenta está narrado de una forma farragosa, al menos para mí. No es tanto por su estilo porque las frases son cortísimas, casi como balas que escupe una pistola sino porque se emplean circunloquios para referirse a las cosas. Entre que el mundo que narra no era precisamente el paradigma de la claridad y que no se molesta en explicarlo de un modo comprensible, para comprender las cosas hay que estar con cien ojos. Y claro, si el personaje te interesara, te enganchas y haces ese esfuerzo… pero en mi caso, al final optaba por saltarme párrafos enteros si no eran capítulos.
Para más inri, encima el libro no va in crescendo. La primera parte, en que cuenta su estancia en Manhattan es pasable… la segunda, cuando conoce a Armstrong se mantiene pero no aumenta el ritmo. Y de ahí, para abajo. De la mitad hacia el final el libro comienza a ser infumable, más y más aburrido y el lector va encontrando cada vez menos puntos donde agarrarse para mantener el interés.
Poquitas cosas buenas le encuentro. Quizás el retrato del Manhattan con la ley Seca y ciertas cositas de ambientación. Me ha interesado conocer algo de la figura de Louis Armstrong, pero sin duda no me ha compensado el aburrimiento supino que me ha parecido el libro en global. Ni loca lo recomendaría. En serio, invertid vuestro dinero en algo mejor.
Yo me las he visto y deseado para terminarlo. No digáis que no os avisé.
Ficha técnica
Autor: Roddy Doyle
Título: Chicago Blues
Título original: Oh, play that thing
Editorial: De bolsillo
Isbn: 9788483465431
Fecha de publicación: 2008-07-23
Precio: 9.95 euros
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