Dientes de leche - Ignacio Martínez de Pisón


Hay libros que presientes que te van a gustar antes incluso de abrirlos. Y no precisamente porque sean de un autor que te apasione especialmente. Serán las vibraciones. A mí me pasó con Dientes de leche. Creo haber leído algo de Martínez de Pisón anteriormente pero sinceramente tampoco lo recuerdo mucho. Ni para bien, ni para mal, realmente. Me quedó la cosa de que era un autor que escribía bien, que era de la tierra y que había sido adaptado al cine en varias ocasiones. Sí que he oído hablar mucho de su figura y de sus conexiones con el mundo del séptimo arte, de los amigos que tiene dentro del gremio y es un tipo que me cae bien. Pero por lo que sea, lo que quiera que sea que haya leído de él no dejó en mí demasiado poso. Hace mucho tiempo, diré en su descargo. Y hasta ahora su camino y el mío no se habían unido.

Leí en algún sitio sobre este libro e inmediatamente NECESITÉ tenerlo. A veces me pasa. Leo reseñas en algún sitio, sobre todo aquí en Ciao, y me apunto las sugerencias. Rara es la vez que dejo pasar, si de veras estoy muy interesada más de una semana en buscarlo, salvo que esté con demasiados libros rondando por mi mesilla. De hecho ahora tengo pendiente un pedido de unos que han sido sugerencia de varios miembros de la comunidad. Esta reseña la leí no me acuerdo muy bien dónde, pero me quedé con la copla. Y apenas unos días más tarde leí el texto de pedroemilio sobre él y supe que no me equivocaba.

Tanto que me lancé sin red. Sin haberlo leído compré no uno, sino dos ejemplares. Uno para mi cuñada, que ha sido su cumpleaños y otro para mí. Ella me hizo el inmenso regalo de Firmin para el mío y yo quería no regalarle un libro, sino regalarle un momento. Algo especial.

Dientes de leche me ha durado una siesta de mi hija. ¡Es que no podía dejarlo!

== Qué es y qué no es ==

Como muy acertadamente dijo pedroemilio, efectivamente no es un libro de guerra, aunque lo parece. En la portada aparece un niño vestido con el uniforme fascista italiano y da la sensación de que vaya a ser un libro bélico. Pero nada más alejado de la realidad.

Dientes de leche comienza en la guerra civil. Bueno, para ser más exactos comienza en los años ochenta, en el prólogo del libro, pero en cuanto da comienzo el libro como tal se retrotrae hasta la guerra civil. Lo que nos va a contar va a ser la vida de Raffaele Cameroni, un italiano que vino a España a servir en el bando nacional enviado por Mussolini y que se quedó en Zaragoza tras la guerra por amor. Conoció a Isabelita Asín y se casó con ella, permaneciendo en la capital del Ebro donde establecería su vida.

El libro da saltos en el tiempo. Se centra en algunos acontecimientos de la vida de Raffaele que fueron especiales por algún motivo y el capítulo siguiente normalmente comienza pasados unos años. En esta panorámica no sólo se nos relatará su vida sino que también conoceremos a sus tres hijos, Rafael, el más independiente, Alberto, que será otro de los pilares del libro y Paquito, el hijo subnormal. Utilizo esta palabra a propósito, sin más eufemismos, porque es la que usa el autor todo el rato.

Así que definitivamente no es un libro de guerra. Es un retrato de familia que comienza con la guerra y que se extiende hasta finales de los años 80.

'''NO ES…'''

… '''un libro demasiado rápido, ni plagado de acción'''. Eso no quiere decir que sea un libro lento y pesado de leer, de esos que se atascan y que te cuesta horrores avanzar una página. Antes bien, resulta muy fluida la lectura. Las elipsis temporales que hay hacen que se evite el estancamiento.

Bien. Es un libro que retrata la vida de una familia que tiene sus particularidades, pero que en el fondo no deja de ser bastante normal. Tiene su pasado, sus secretos, sus historias, pero no esperéis una historia rocambolesca porque no la hay. Sin embargo el mimo con el que relata las pequeñas cosas, la mirada que posa el autor sobre las anécdotas chiquititas hace que cosas muy comunes adquieran importancia.

Es lo más bonito del libro… todos y cada uno de los detalles y los gestos que lo salpican. Cada uno dotados de una trascendencia para la familia.

'''ES…'''

… '''un libro que se paladea'''. Si no somos capaces de disfrutar con esas pequeñas cosas, con la intrahistoria de los Cameroni, el libro no nos va a gustar. Porque sí que pasan cosas, obviamente, pero no tienes una sensación de que sea un libro con una acción apabullante. No es que sea tampoco exageradamente descriptivo… tampoco se pega todo el libro hablando del sexo de los ángeles. Simplemente es que las cosas que pasan son chiquititas, a otra escala de lo que estoy acostumbrada a leer.

…'''un libro muy bien escrito'''. Una cosa no se le puede negar a Martínez de Pisón y es que escribe muy bien. No es un autor “elevado” en el sentido de que no hay manera de entender una palabra de lo que dice y abusa de los cultismos, de las perífrasis y de las subordinadas. Por el contrario, es muy llano y la comprensión de sus textos está a la altura de cualquiera. Sin embargo, tiene algo de poético. Es una sencillez nada casual, con adjetivos muy bien elegidos. No da la sensación de que escriba a borbotones. Más bien parece que piensa mucho cómo hacer naturales sus textos, para que dé la sensación de que es una prosa fácil. A mí me parece complicadísimo hacer esto. Es que no hay una frase suya que tenga desperdicio, que no aporte algo. Por tanto creo que es un libro muy para todos los públicos porque además tiende a ser más bien conciso. Son 384 páginas, pero de letra más bien hermosa, de esa que “respira” en el libro, amplios sus márgenes.

…'''un libro lleno de personajes interesantes'''. Es otra de las cosas que más me ha gustado. La inmensa humanidad de sus personajes. Y no lo digo porque sean especialmente buenos, sino porque son “de verdad”. Son un caleidoscopio lleno de facetas, que según los mires resultan de una manera o de otra. Me encanta cómo están retratados. Me ha parecido un retrato conmovedor. Es lo mejor del libro… cómo explora las relaciones humanas y como las personas podemos ser buenos y malos a un tiempo.

== Y me tocó la fibra sensible ==

Creo que es un libro fascinante para cualquiera y que merece la pena ser leído en general. Pero para la gente de Zaragoza, como es mi caso, resulta especialmente conmovedor. Habitualmente la novela tiende a ser bastante centralista y muchos de los libros de autores españoles tiende a repetir escenarios. Conozco literariamente la geografía de Madrid y Barcelona pues se ha retratado hasta la saciedad y los pocos libros que se suelen escapar suelen estar ambientados por el sur. No digo que no los haya, pero es muy extraño el libro en el que la ciudad sea un personaje en sí que se aleje de esto. Por eso, darme un paseo de más de cincuenta años por mi ciudad ha sido una experiencia preciosa.

Y es que Zaragoza es casi un personaje de la novela. Se sitúa aquí, y se describe con precisión las calles, los sitios, los establecimientos. Para quienes amamos la ciudad como yo, es un placer imaginar las rutas que llevan los personajes, intentar “ver” a través de las páginas. Me ha encantado. No creo que sea un problema para quien no es de aquí (cuántas veces hemos leído “los de fuera” sobre ciudades que no eran la nuestra y no ha sido mayor óbice) pero obviamente para quienes sí lo son tiene un plus de interés.

== Recomendación ==

A mí me ha encantado. Creo que a mi cuñada le va a gustar tanto como a mí y mi ejemplar ya ha comenzado a moverse pues apenas lo terminé se lo presté a mis padres. Pienso que ellos incluso lo van a disfrutar más que yo porque habla de una ciudad que ellos vivieron en el momento en que está situada la acción.

Un libro precioso.

== Ficha técnica ==

Título: Dientes de leche
Autor: Ignacio Martínez de Pisón
Año de edición: 2008
Editorial: Seix Barral – Autores contemporáeneos españoles
Precio: 20,00 euros
Número de páginas: 384
ISBN: 9788432212475

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