Mamma Mia - Phyllida Lloyd


Con niños en casa es más difícil escaparse al cine. Al final, acabas viendo casi todo en vídeo, si quieres seguir manteniendo tu cinefilia. Pero de cuando en cuando hacemos alguna excepción. Unas veces es mi marido quien se escapa, otras yo, y (las menos) ambos simultáneamente. Tienen que ser cosas que merezcan la pena, ya que son ocasiones especiales. Bastantes personas cuyo criterio respeto me recomendaron encarecidamente que no dejara escapar la oportunidad y que me fuera, sí o sí, a ver Mamma Mía, que me iba a encantar.

Y me ha encantado.

Traté de zafarme aludiendo a los escrúpulos, que no podía dejar a la niña OTRA VEZ, que este verano había abusado de mis padres últimamente y no era plan. Que la vería en dvd.

Me han contado los días que he tardado en desdecirme y han sido trece.

== Me conocen como si me hubieran parido ==

¡Qué puedo decir! Soy una persona a la que le apasionan comedias, las historias románticas y le gustan los musicales. Soy CARNE DE CAÑÓN para este tipo de películas, sean buenas o malas. Pero esta vez coincide con que creo que no es una peliculita más.

La sensación que te queda cuando sales del cine es de subidón total. Yo todavía estoy en medio de la euforia, con el “chute” todavía vivo. No sé si es la mejor manera de analizar en profundidad una película, porque con seguridad voy a ser parcial y menos analítica que si la dejara reposar un poco. Pero me da igual. Creo que después de todo eso es lo que importa, la sensación con la que te quedas cuando sales de la sala del cine. Eso es lo irracional, lo que te dicen las tripas. Lo posterior es puramente cerebral.

Yo he salido del cine como en una nube. Porque no es del todo habitual llorar y reír a partes iguales, emocionarte, cantar y bailar todo en uno.

== El qué cuenta la película ==

Sophie (Amanda Seyfried) tiene 20 años y se va a casar al día siguiente con su novio Sky. Vive con su madre Donna (Meryl Streep) en una isla griega y lleva toda la vida preguntándose quién será su padre. Antes de la boda da con el diario que llevaba su madre en el tiempo en el que la concibió. Allí descubre que tiene tres posibles padres: Sam (Pierce Brosnan), Bill (Stellan Skarsgaard) y Harry (Colin Firth). Y no tiene otra ocurrencia que invitarlos a su boda, para revelar de una vez por todas la incógnita que lleva toda su vida acechándola.

== Cantando y bailando ==

Por suerte o por desgracia no tengo referencias del musical porque no lo he visto. Tampoco me pena, sinceramente, o al menos no me muero de ganas de verlo con las canciones en castellano. A Abba estoy acostumbrada a oírlo en inglés y eso de oírlo en otro idioma me resultaría raro, raro. Me pasa cuando oigo las canciones de Grease en español, que me chirrían por todos los lados. Además, ¡si ya el mismo grupo original sonaba extrañísimo en nuestro idioma! Las versiones de Chiquitita y Fernando en castellano son … peculiares. Eso por ser fina.

Así que para mí no hay más Mamma mía que la película. Y con ese bagaje y no con otro es con el que cuento.

Que es un musical lo sabemos todos. No voy a descubrir América a nadie. Y como en todos los musicales, de repente los que lo protagonizan, de repente se ponen a cantar y bailar como si estuvieran poseídos. Las diferencias respecto a otros es que todas las canciones que se interpretan son grandes éxitos de Abba.

A ver la película he ido con mi madre, que no es especialmente fan de los musicales y a ella también le ha gustado mucho. Creo que son varios los motivos por los que ha salido contenta del cine. Para empezar el hecho de que las canciones sean grandes éxitos, reconocibles por todos, ayuda a las personas que no disfrutan con los musicales a aceptar con más facilidad el hecho de que canten. Y que lo hagan mucho. Todo lo que cantan es conocido y eso hace que seamos menos reacios a aceptar esa premisa del musical. Al fin y al cabo son canciones que hemos oído una y otra vez en la radio.

Por otro lado, también es cierto que su inclusión es menos forzada que en otros musicales donde a veces tienes la sensación de que se ponen a cantar sin venir a cuento. Las letras de las canciones vienen tan al pelo que parece que hayan sido escritas ex profeso para el musical. Yo no sé las veces que habré oído las canciones de Abba… pero nunca las había ESCUCHADO. Y cuando lo haces en el contexto de un musical, en el que cada una de ellas tiene un escenario y una motivación, lo cierto es que ganan mucho. Hasta dejan de ser tan horteras como me parecían.

Ojo, no es que reniegue del horterismo. Yo reivindico el derecho a ser hortera y a disfrutar con las cosas chuscas. Hace tiempo coleccionaba canciones absurdas y me lo pasaba bomba poniéndolas en las fiestas con mis amigos. Abba está pasadísimo de moda y sus looks dan mucha risa, pero es eso mismo lo que hace que tenga todavía su encanto. Eso, y que si desnudas las canciones de todo lo accesorio, realmente son mucho mejores de lo que parecen. O al menos, para ser más exactos, están más vigentes de lo que aparentan.

El caso es que la encadenación de las canciones con la trama está bien hecha. A veces comienzan recitando las canciones como si se trataran líneas de diálogo. Otras veces aprovechan una fiesta, o simplemente tararean. Es algo muy fluído. Y todo esto no sería nada si las canciones no vinieran tan al pelo. Lo que más me ha gustado es que están tan bien elegidas que te parece ¡hasta normal! que de repente se pongan a cantar y bailar. Lógicamente, al final lo que comienza de una manera light, muchas veces acaba degenerando en un número de baile y canto al uso, histriónico y exagerado. Pero es un musical, y es lo que se espera.

Otra cosa que resulta llamativa es que no cantan especialmente bien. Los hay como Amanda Seyfried o Christine Baranski que cantan muy bien, quien se defiende como Meryl Streep y quien perpetra las canciones como Pierce Brosnan. “Mi” Pierce, que es humano ¡no se puede tener todo en esta vida!. El caso es que sorprendentemente no pasa nada porque cada uno cante como pueda y sepa. No es un musical al uso, con canciones para el lucimiento de los actores. No se trata de que las canciones luzcan, sino que se pongan al servicio de la trama. Y para esto, da igual que estén bien o mal interpretadas, en lo que a calidad vocal se refiere.

Además, es una comedia. Y precisamente el que canten medio mal (no es tanto como para que os duelan los oídos tampoco) hace que la cosa sea más informal, más desenfadada y que resulte mucho más divertida. Probablemente no tendría la más mínima gracia si cantaran estupendamente. La escena en la que Meryl Streep canta mamma mía concentra su atención en sus caras, en sus gestos, en la sorpresa y la situación, no en lo bien o mal que canta.

== Un sitio para la ternura ==

Todo conduce a ello. El paisaje idílico, los personajes, las situaciones… lo cierto es que comienzas a ver Mamma mia y todo te predispone para acogerla.

Desde el primer momento Sophie, Amanda Seyfried, te cautiva. Había visto fotos de ella y al leer las opiniones sobre lo adorable que resultaba no lo terminaba de entender. Pero ¡Acabáramos! Es que no tiene nada que ver en pantalla. Si en fotos me parecía monilla sin más, desprende tal encanto en la película que te enamoras de ella desde el minuto cero. No tiene nada que ver con lo guapa o fea que sea, es más bien una cuestión de carisma concentrada en un cuerpo más bien tirando a pequeño.

La trama gira en torno a tres tríos, los de Sophie y sus dos amigas íntimas, los de Donna y las suyas y los tres pretendientes que acaban haciendo muy buenas migas.

En cierto modo, la relación de Sophie con sus amigas es como la de su madre con las suyas pero veinte años antes. Están llenas de vitalidad, con infinitas ganas de hacer cosas. La amistad de Donna con sus amigas es mucho más madura… se conocen y se quieren de siempre y a pesar de que la vida les ha llevado por caminos bastante distintos, en el momento en que se reúnen parece que vuelvan a ser jóvenes. A mí me ha encantado la relación de las tres, que viene ayudada por las fantásticas interpretaciones de Julie Walters y Christine Baranski en el papel de Rosie y Tania respectivamente. Tienen absoluta confianza como para lanzarse puyas sin parar, reírse de sí mismas y estar en los momentos en los que tienen que estar. No han perdido un ápice de ternura con los años, ni tampoco de ganas de pasárselo bien. Verlas cantando las canciones de Abba como hacían cuando eran jóvenes es genial. Y no lo es menos observar la cara de Sophie viendo a las cincuentonas pasándoselo bien. Está encantada de la vida de que su madre se relaje y disfrute. Esa mirada es muy especial porque dice muchas cosas sin decirlo: orgullo y al mismo tiempo se parte de risa.

Y qué decir de los “tres eran tres”… Sophie cuando los invita está convencida de que cuando los vea SABRÁ quién es su padre. Pero no es así. Y los tres hombres resultan ser muy especiales cada uno en su estilo y conectan con ella en todo momento. Vamos, que a mitad de película te corroen las ganas de saber quién es y al mismo tiempo no quieres saberlo, porque cualquiera de ellos sería estupendo. Los tres la llenan y la harían feliz, comprendiéndola en facetas determinadas de su personalidad. Sam (Pierce) es el más paternal, el más comprometido. Él tiene una familia y es el más centrado de los tres. Bill (Stellan) es el aventurero, el que le estimularía más el espíritu para que hiciera cosas y se lanzara. Y Harry es el más sensible, no ha tenido hijos y que Sophie fuera su hija le haría increíblemente feliz.

¡Qué difícil disyuntiva! ¿cómo apartar de su vida al que no sea el padre si apenas en un día ha aprendido a querer a los tres? Y para ellos ¡qué horror tener que quedarse al margen de la vida de Sophie!

La película tiene momentos de todo. Los hay en los que te mueres de la risa y otros sin embargo muy tiernos. El paisaje ayuda, sin duda… una isla paradisíaca en medio del Egeo. Supongo que después de lanzar la película se les va a llenar de bodas intentando captar la esencia. Para mí el momento más bonito y que me tocó la fibra es uno que pasan Donna y Sophie hacia el final (por eso no aclararé “qué” es). Esa sintonía madre hija, el cómo Donna ve que su pequeña ya no es tan pequeña y que tiene su vida… yo lloré como una idiota porque me hizo pensar en lo rápido que crecen los niños. Pensé en mi hija… y claro, como una magdalena.

== Acabando que es gerundio ==

Mamma mía es de esas películas que te quedan en la retina durante mucho tiempo. Me apasionó, sin ninguna duda. ¡Y cómo no recomendarla! Me encantaría poder comentarla con detalle, hablar de todas esas pequeñas cosas que la hacen grande. El problema es que esto está escrito sin saber si la habéis visto o no, y no me gusta desvelar cosas. Es mucho mejor ir abierta de mente y disfrutar de la experiencia.

== Ficha técnica (de labutaca.net) ==

Dirección: Phyllida Lloyd.
Año: 2008.
Duración: 108 min.
Género: Comedia romántica, musical.
Interpretación: Meryl Streep (Donna), Pierce Brosnan (Sam), Colin Firth (Harry), Stellan Skarsgård (Bill), Julie Walters (Rosie), Dominic Cooper (Sky), Amanda Seyfried (Sophie), Christine Baranski (Tanya).
Música: Benny Andersson y Björn Ulvaeus; basada en las canciones de ABBA.
Estreno en España: 13 Agosto 2008.

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