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miércoles, 17 de diciembre de 2008
Primark
Tenemos tienda nueva en la ciudad. Primark lleva abierta desde Septiembre en Zaragoza y ésta todavía se encuentra en pleno furor por su apertura. Se encuentra en el centro comercial Plaza Imperial del que os hablé recientemente y puede decirse que ha sido el motor del mismo. Éste se encuentra entre la Feria de Muestras y el aeropuerto, un tanto alejado del centro. En fin de semana está a reventar, pero entre semana está mucho más descongestionado… salvo Primark. Vayas a la hora que vayas siempre hay gente. Es impresionante.
Hasta hace unos meses yo desconocía la existencia de esta tienda. Hasta que unas amigas mías viajaron a Londres y volvieron impresionadas. No hacían más que hablar de esta tienda y no veáis qué alegrón se dieron cuando se enteraron de que la iban a poner en Zaragoza.
Así que en mi visita iniciática a Primark estaba más o menos preparada para lo que me iba a encontrar: unos precios bajísimos, fuera totalmente de lo que es habitual en las tiendas de ropa y una calidad más que aceptable. Lo divertido fue cuando me llevé a mi madre a la que había aleccionado previamente pero sin demasiado éxito, por lo que comprobé.
Yo: “Madre, tenemos que ir a Plaza Imperial que hay una tienda de ropa que está tirada de precio”.
Mi madre: “¿Esa de las bragas? Es que me ha dicho la vecina que había estado en una tienda ahí en la que estaba la ropa interior baratísima”.
Yo: “Sí, mamá, esa misma. Está muy barata, y cuando digo MUY es tremendamente baratisisisisisisima”.
Así que nos cogimos el coche (no queda otra) y nos marchamos a la tienda de las bragas, como dice mi madre. Primark está situada en una de las esquinas del centro comercial, junto a la FNAC. Tiene dos pisos, pero no es especialmente grande… al menos no tanto como le gustaría a todo el mundo.
Diez y media de la mañana de un lunes. El centro, pelado. Cuatro coches en guerrilla en el parking. Los dependientes todavía despertándose como aquel que dice en la mayoría de los comercios, sin prácticamente nada que hacer cuando nos encaminamos al Primark. ¿Y estaba vacío, como el resto? No padre. Los cuatro matados que estábamos en el centro comercial nos encontrábamos todos en la misma tienda. Según me dijo la vigilante de seguridad de la puerta, hasta las 11,30 de la mañana es el único momento en el que se puede respirar, el resto del tiempo está hasta las mismas trancas. ¿Así que es así como está la tienda cuando está sin gente? ¡¡¡¡Dios nos pille confesados!!!
Mi madre apenas entramos empezó a abrir los ojos mucho. Iba de montón en montón y de percha en percha como la que ha visto una aparición de la virgen. Ya sabéis, con cara de Pitita Ridruejo en pleno éxtasis, sólo que en proletario. Yo me moría de la risa porque estaba la pobre mujer en pleno shock. Mi madre, que es lo más sensato que te puedes encontrar, balbuceando por unos precios. Algo inaudito.
Y es que Primark es TERRIBLEMENTE barato. Si yo ya había alucinado cuando pusieron el HM porque suponía una rebaja considerable en el precio medio de tienda de ropa en España, Primark es que ha batido el récord. Me parecía una ganga comprar un pantalón decente por 25 o 30 euros, pero es que en la cadena irlandesa puedes conseguirlos por ¡6! Es que ni en el Rastro, si me apuras.
En la tienda que yo conozco existen secciones de hombre, mujer, niño, bebé y de lencería para todos. Además, hay una zona en la que venden alguna otra cosa con motivo de campañas. Ahora, con la navidad, han puesto adornos navideños en la misma, a precios de risa. Niños y bebés está arriba y el resto abajo. Hay una escalera mecánica interna para poder ir de una planta a otra sin salir de ella.
Entrar en Primark es una experiencia religiosa. Bueno, al menos para los que no nos sale el dinero por las orejas. Supongo que Victoria Beckham opina que ahí huele a ajo y que probablemente sus arrebatos místicos le den cuando entra en sitios de más postín. Pero yo, que llevo la boina calada y tengo un síndrome de Paco Martínez Soria total, como diría una amiga mía, soy muy del pueblo llano. En vez de ir hueca como un pavo real cuando me he comprado algo que cuesta un pastuz, yo me pongo tremendamente contenta cuando encuentro alguna cosa digna y que me ha costado un precio insultantemente barato. En vez de ir inflando los precios al alza, en cuanto doy con un chollo no puedo evitar irlo gritando a los cuatro vientos. Supongo que eso no es lo políticamente correcto, pero a mí me da igual.
Así que entras en Primark y tienes la sensación de haber vuelto a las pesetas. Casi ni me acuerdo de cuando un billete de cinco mil te daba para un montón de cosas, de cuando los cafés costaban 100 ptas. Nos vendieron que un euro era 166,386 pesetas, pero no es verdad. En la práctica, ahora por un euro te compras lo que te comprabas con 100 de las rubias. Y eso con suerte. Con mucha suerte.
Primark, vale, no es equivalente a una calidad suprema. Tú no vas a comprarte ahí el modelazo de la boda del siglo, ni el mejor traje del mundo. Pero desde luego, lo que es evidente es que tampoco es TAN malo. La relación calidad precio de sus prendas es magnífica para mi gusto. No puedes esperar que un pantalón comprado ahí te dure lo mismo y tenga la misma tela que uno que cuesta diez veces más. Sería de locos. Pero resulta sorprendente que haya cosas a precios de risa que sí que son equivalentes a cosas que valen el triple en otros sitios.
Por ejemplo: hace no mucho le compré a mi hija un pichi bastante mono con su camiseta a juego, que se vendía como conjunto. Me costó ¡¡¡8 euros!!!. El pichi de pana, con sus acabados, una cintita de adorno, bien cosido, con forro y la camiseta de un gramaje bastante alto. ¿Lo puedo comparar con cosas de Du Pareil au meme, una tienda de ropa para niños francesa que me apasiona? No. Esta última tienda ofrece un plus de diseño que Primark no tiene. Y eso, yo estoy de acuerdo, se paga. ¿Pero lo puedo comparar con alguna cosa de Zara, de HM y de la mayoría de las tiendas? Sinceramente creo que sí. No es peor de calidad y en cualquier sitio por menos de 20 euros no compras nada.
Idem de lo mismo con la ropa interior. Hay de todo, conjuntos más monos y básicos. Por cinco euros te puedes llevar un sujetador más que decente y además cuenta con la ventaja inmensa de que amén de tener chopotocientos modelos (con aros, sin ellos, con relleno, push up, balconet… lo que quieras), para más inri tienen diez mil tallas y copas. En la mayoría de las tiendas o tienes entre una 85 y una 95 copa B o estás jodida. En Primark hay tantos sujetadores como tipos de pecho, lo que hace que por un precio indecentemente barato puedas llevarte un sujetador que encima te queda perfecto. Las tallas empiezan en la 75 y puedes encontrar un sujetador de la 110 sin excesivos problemas, no como en otros sitios que dicen que los hay y ya puedes buscar, ya…
No creo que Primark sea una tienda como para vestirte en exclusiva en ella, ni mucho menos. Pero sí que viene realmente bien para muchas cosas. Hay cosas en las que no te importa gastarte un poco más de dinero porque son prendas más especiales. Pero hay otras en las que merece la pena gastarte menos y tener más para poder variar. Yo lo noto sobre todo con la ropa de la niña. Cuando los niños son muy pequeños, crecen a velocidades de vértigo y se ensucian con la misma celeridad. Al menos en mi caso me resulta mucho más interesante tener más ropa para poder cambiarla si es menester y darme un respiro con la lavadora. Tengo alguna cosa más especial para los días en que quiero llevarla más mona, pero para la guardería sinceramente me cubica más tener más cambios y más de todo trote. La calidad de la ropa es un poco más accesorio cuando son pequeños, porque cueste ocho u ochenta, se mancha igual y al fin y al cabo crecen antes de que le dé tiempo a la ropa a estropearse. Y si se estropea, prefiero que sea algo que me ha costado dos duros que algo por lo que he empeñado un riñón. Me hace mucho menos duelo.
Me viene especialmente bien para la niña, tanto en la ropa de diario como para todo lo accesorio. Leotardos, ropa interior… esas cosas. Por lo que me cuestan unos leotardos en otro sitio, le compro tres aquí. Y hay en infinidad de colores y modelos. Es alucinante lo que cunde el dinero en Primark. Puedes salir con una bolsa a reventar y haberte gastado la friolera de 20 euros.
La principal pega que tiene es que está siempre lleno hasta la bandera. Y a mí que no me emociona especialmente ir de compras me agobia mucho tal cantidad de gente reunida en un espacio tan reducido. Es de agradecer, sin embargo, que haya un buen número de probadores y que no escatimen con el personal. Nunca he tenido que hacer una fila especialmente larga para pagar porque además de haber siempre un número sorprendentemente alto de cajeras (ha habido veces que he visto hasta a 15 personas cobrando por planta simultáneamente) está organizadísimo. Se hace una única fila y hay un número que indica al primero de la misma a qué cajera tiene que acudir. En función de la cantidad de clientes en caja hay más o menos personas cobrando. Y cuando está lleno hasta las trancas no es infrecuente oír por megafonía que todo el personal debe dirigirse a las cajas para descongestionar la fila.
Otra de las cosas que tiene que está muy bien es que tienen unas cestas para comprar en la entrada, como de redecilla, que se quedan planas al apilarse las unas sobre las otras. Dado que lo habitual es que la gente se lleve varias prendas resulta de lo más cómodo. Y no tener que ir cargándolas como en otros sitios, que se te van escurriendo y vas haciendo malabarismos para poder llegar a tu destino.
Primark tal vez no sea la tienda de vanguardia a la que acudir para comprar la ropa a la última. Tienen cosas bastante sencillas en general. Unas cosas son muy monas, otras son muy normales y algunas directamente tienen un tufillo un pelín hortera. Pero esto pasa hasta en las mejores familias. Primark es una tienda práctica, y es lo que pregona a gritos su decoración, que es austera hasta la extenuación. Pero ¿A quién le importa? ¿Quién pierde el tiempo mirando las paredes cuando los precios te atraen como la miel a las moscas?
Por último, reseñar que las tallas son modelo inglés. Esto implica que vais a encontrar el tallaje destacado según las medidas inglesas (aunque también tiene su equivalencia a talla española un poco más pequeño) pero sobre todo, que hay que pensar que en general son tallas más grandes que las de la ropa española. Por ejemplo mi hija en Zara Kids lleva la talla 4-5 años con 2 que tiene (ya les vale también) y en cambio en Primark todavía utiliza la talla 24 meses. La talla 2 años (que supone pasar a la sección infantil, dejando atrás la de bebé) es tan grande que aún no le vale. Sí, 24 meses son 2 años, diréis, pero es bastante común que haya un salto importante entre ambas en casi todos los sitios.
Primark ahora mismo tiene tiendas en Oviedo, Gijón, Portugalete, Coruña, Cádiz, Murcia, Madrid (5 establecimientos en diversos centros comerciales) y Zaragoza. De momento está implantándose en España, así que tienen mucho margen para el crecimiento. No dudo que ahora que se han decidido a desembarcar en nuestro país van a comenzar a abrir tiendas a porrillo porque allá donde van triunfan. Así que os animo a que si tenéis una tienda cerca os paséis a vivir la experiencia religiosa y si no que le pongáis velas a quien consideréis para que pronto abran una. ¡Menudo invento!
Jejeje yo cuando descubrí esta tienda me volví loca!
ResponderEliminarLlevas razón, no es una tienda de diseño ni se le parece, pero eso sí, es apañadísima!
El otro día me compre unas zapatillas de estar por casa en forma de bota alta con muchísimo pelo y llenas de lunares, en realidad al final y con lo poco que costaban no pude reprimirme y me llevé también unas de corazoncitos también jajaja así que si las ves te las recomiendo! Son una gran compra!
Ya era hora de encontrar una tienda funcional con precios así!!
Un saludo del equipo de BRM :)
Hola,
ResponderEliminarMe gustaría ponerme en contacto contigo para ver un tema de publicidad en tu blog.
Saludos,
Rebeca Toribio
rbtoribio@gmail.com
¡¡HOLAA!!
ResponderEliminarSOMOS HORAS PERDIDAS.
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UN BESAZO DESDE ZARAGOZA!